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El soldado pacificador

Un militar del Regimiento "Príncipe" impide la agresión de dos hombres a un conductor en Gijón por una discusión de tráfico

El soldado pacificador

El soldado Amancio Riaño Gil cumplió hace semanas en La Calzada una misión que, en principio, no entraba en su hoja de servicios pero que le hizo merecer ayer un reconocimiento público por parte del Ejército español. Riaño auxilió a un hombre al que dos individuos estaban agrediendo como consecuencia de una discusión por un problema de tráfico. "Sentí que tenía que hacerlo, no creo que sea algo extraordinario", reconoció ayer Riaño.

Los hechos tuvieron lugar en la avenida Príncipe de Asturias el pasado 14 de septiembre. Cuando Riaño estaba a punto de cruzar por un paso de peatones observó como se le cruzaba un coche a excesiva velocidad. Del turismo se bajaron dos hombres que a continuación se dirigieron a un conductor que estaba parado en el semáforo que da acceso a la calle Chile, al que comenzaron a insultar gravemente. Los acusados pidieron a su víctima que se bajara del coche. Intentaron incluso abrirle la puerta del vehículo, y finalmente le golpearon aprovechando que tenía la ventanilla bajado. Riaño observó la escena de lejos y no dudó en intervenir. "Fui corriendo hasta donde se estaba produciendo la agresión y les dije a los que se habían bajado del coche que iba a llamar a la Policía si no dejaban de insultar al hombre. Cogieron el coche y marcharon corriendo, pero pude apuntar su matrícula", relató ayer Riaño. El soldado acompañó a la víctima hasta la Comisaría y aportó a la Policía Nacional de Gijón datos fundamentales para identificar y detener a los agresores.

El caso es que no es la primera vez que Amancio Riaño ejerce "fuera de servicio". "Soy mucho de ayudar a los demás. Hasta estando de fiesta con mis amigos una vez me encontré con uno que tenía una intoxicación etílica y me paré a hacerme cargo de él", aseguró el militar en conversación con este periódico.

Natural de Cartagena aunque vecino de Gijón desde que fue destinado al Regimiento de Infantería "Príncipe" número 3, con base en Siero, Riaño se confiesa un enamorado del Ejército. "Entré con 18 años. Soy el primero de mi familia en alistarme pero desde pequeño vi que me gustaba el mundo militar. En Cartagena hay mucha presencia del Ejército y se me pegó. En casa había dificultades económicas y con 18 años supe que tenía que ponerme a trabajar", recordó ayer el soldado.

Riaño estuvo destinado en el año 2008 en Bosnia. En 2010 pasó las navidades en Afganistán. Ahora asegura que su único objetivo es "seguir trabajando en las Fuerzas Armadas y ayudando en lo que surja al ciudadano". El gijonés al que ayudó durante el incidente de La Calzada "quedó muy agradecido". "Me invitó a un café y estuvimos hablando, la verdad es que actuaciones así reconfortan", explica.

De momento a Riaño su hazaña personal en Gijón ya le ha servido para recibir el reconocimiento público de las Fuerzas Armadas. El Ejército de Tierra le felicitó ayer por su actuación en las redes sociales, en donde se compartió la noticia de la intervención de Riaño.

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