Tratar de exponer aquí el curriculum profesional de Carlos José Martínez es imposible. Sólo diré que hace un par de décadas escribí en estas mismas páginas una reseña que se titulaba "Oiremos hablar de él". Entonces era un muchacho de veintipocos años, pero gozosamente di en la diana. Hoy, es reconocido internacionalmente, ha compuesto más de cuatrocientas obras, entre las que se encuentra la zarzuela "Canciones de Cimadevilla" puesta en escena en el teatro Jovellanos; el "Réquiem in memoriam de Antonio Machado", estrenado en el teatro Monumental de Madrid; el musical "Mayo" por encargo de la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento de Móstoles, en el que dirigió la gran orquesta Cristóbal Halffter; el "Cuaderno místico" solicitado por la Fundación Juan de Borbón para conmemorar los 500 años del nacimiento de Santa Teresa, y si esto fuera poco ha quedado finalista de dos Premios Grammy. En fin, sólo es una muestra, pero en definitiva podemos decir que hoy es el músico más relevante que tiene Asturias.

-Nacido en Gijón...

-Sí, el 25 de Julio de 1969, el día de Santiago. Mis padres quisieron llamarme Carlos José Santiago, pero el sacerdote claretiano que me bautizó no quiso, dijo que tantos nombres era sólo cosa de la monarquía.

-Dígame, ¿qué le bulle en la cabeza actualmente?

-Estoy terminando dos proyectos. El primero es poner la música a varios poemas de Vicente Aleixandre, "Hacer es vivir", como el título de uno de ellos. Y el segundo es un concierto para la Orquesta Filarmónica de Asturias que dirige Antonio Ribera Soler; se estrenará en el verano de 2017. También tengo casi rematada la producción de un disco, "Retrato", que es una mirada a la música para soprano del siglo XX. Actúa de solista Blanca Gómez, acompañada al piano de Héctor Guerrero, sobre obras de Antón García Abril y versos de Ángel González. La música es de Manuel Castillo y Matilde Salvador.

-Sé que también está escribiendo?

-Sí, un libro pedagógico relacionado con la orientación de los adolescentes. Y acabo de terminar dos textos teatrales que espero vean pronto la luz. "Balada para una mujer rota", se basa en el maltrato de género, es una denuncia que espero que vean muchos adolescentes.No se pude permitir que en un país de los más desarrollados del mundo siga abriendo los telediarios el asesinato de una mujer a manos de su pareja. El segundo texto se titula "Pequeño cabaret en tiempos de la ocupación". Trata de las relaciones que establecieron algunas mujeres con los nazis, y que al término de la guerra fueron represaliadas. El primero es un monólogo y el segundo un musical.

-¿Quién va a representarlos?

-La compañía Teatro del Cuervo, que dirige Sergio Gayol.

-¿Qué está de moda hoy en el ambiente musical?

-En la música clásica la corriente historicista, que consiste en recuperar patrimonio y obras grandes, pero vistas desde un criterio estético histórico. Por ejemplo, yo cojo la Sinfonía 39 de Mozart y en vez de interpretarla con instrumentos románticos, lo hago con copias de los que se empleaban en vida de Mozart. Esto es tendencia. Pero lo que de verdad está de moda es la utilización de directores cada vez más jóvenes y mediáticos. El ejemplo es Gustavo Dudamel, el que dirige la Escuela Simón Bolívar, o Pablo Heras-Casado, el esposo de Anne Igartiburu, o Andris Nelsons? Son referentes mundiales, que demuestran que hemos pasado de las grandes figuras a los niños prodigio.

-¿Y en el canto?

-Están de moda los contratenores, que equivalen a los castrati de antaño, o sea que tienen voz de mujer. Se han convertido en las grandes divas del mundo. Y otra cosa que se ha puesto de actualidad es que ya no hay límites para diseñar las escenografías de las óperas.

-¿Qué conclusiones ha sacado de su tesis doctoral sobre Mateo Bullón, tan aplaudida?

-Que es una figura irrepetible, pieza clave para entender el desarrollo coral de Gijón y lo que es importante, el asociacionismo, ya que llegó a dirigir cinco coros al mismo tiempo en una época en que no existía el sentido corporativo. Lo más notable de él es que trabajó toda la vida sin descanso.

-¿Cómo calificaría su música?

-Era muy sencilla, pero tremendamente atractiva. Fue un gran director coral, sabía modular muy bien y adaptarse a las circunstancias de cada coro.

-¿Qué fue lo mejor que compuso?

-Una misa que nadie conoce, escrita en castellano para tres voces. Está inédita y sé que se sentía muy orgulloso de ella. Su célebre misa asturiana la tituló "Misa en castellano sobre motivos asturianos" y la compuso a petición del párroco de Quintes para que la cantaran "Los cuatro Asturias". Lo curioso es que corría el año 1958, es decir, que la escribió antes del Concilio Vaticano II, y nadie le dijo nada pese a renunciar al latín. Fue un hombre admirable, estuvo 50 años de organista en San Julián de Somió, y 27 años dirigiendo el Coro de Granda. Con el Coro de la Universidad Laboral ganó el Primer Premio del concurso de Valencia, y con el de la Calzada quedaron segundos en el Festival de Llangollen, en el País de Gales. Y de nuevo segundos en el certamen del Mejor Coro del Mundo.

-¿Gijón da la espalda a la música?

-No, pero tampoco estamos pasando por buenos momentos, cuando no hace mucho Gijón ha sido un referente cultural en España. Sobre todo en la época de alcalde de Vicente Álvarez Areces, y en la primera legislatura de Paz Fernández Felgueroso. Hoy, Gijón no se porta bien con sus creadores, y no entiendo que la bandera de la ciudad sea la sidra, cuando existen verdaderos iconos, como Nacho Vegas en el sector de música independiente, Guillermo Martínez en música clásica, y Oliver Díaz, actual director musical del Teatro de la Zarzuela de Madrid.

-En una palabra, ¿hacen falta subvenciones?

-Yo no quiero apoyos, quiero hacer lo que me da la gana, pero ver los teatros de España abiertos a la creación, como si fueran laboratorios.

-¿Qué ha supuesto para usted recibir el premio "Jovellanos"?

-Nos lo dieron por el musical "El sueño de una noche de verano", representado por el Teatro del Cuervo, sobre música mía. Fue la prueba de que en provincias también se pueden montar grandes espectáculos. Ahora estamos en un proceso de mejora para llevarlo por toda España. Estoy muy agradecido a esta compañía por el espacio creativo que me han brindado.

-Sé que se va usted a América?

-Sí, en marzo, concretamente a Filadelfia donde se van a estrenar una serie de poemas de Walt Whitman musicalizados por mí, y en los que actúa como soprano una chica de 26 años, Anäis Naharro Murphy, nieta del profesor Naharro, catedrático de Hacienda Pública, e hija de José María Naharro, catedrático de la Universidad de Maryland.

-¿Cómo ve su futuro?

-Con tranquilidad. Voy a seguir. Seguir ensayando con el coro "Los Senadores", el último grupo que tuvo Mateo Bullón, y seguir siendo un religioso de base; el Evangelio es muy claro: los primeros son los pobres, y ésa es nuestra tarea.