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"La Gringa", reina del timo

Rosa Nelly Sacco Bakus, la mujer que se hizo famosa en Gijón por desfalcos a joyerías y bancos

"La Gringa", reina del timo

Hace unos ocho años se descubrió una bufonada a cargo de la que era la encargada de controlar las cuentas del estado en Perú. La política peruana Ingrid Soraya Suárez Velarde aseguraba en su currículum, entre otras fantasías, que había obtenido el título de ingeniero técnico industrial en la Escuela de Gijón. Pero todo era falso. Por lo visto ni siquiera pisó nunca suelo español.

Nos recuerda eso a una compatriota suya, a la "doctora doña Nelly Edward", conocida como "La Gringa". Nos detenemos en su historia, en los timos de La Gringa en Gijón en el año 1973. Se llamaba en realidad Rosa Nelly Sacco Bakus, era nacida en Perú como Ingrid Soraya, y con ese apodo había "trabajado" en diversas ciudades españolas. En Gijón, a finales de ese año, lo hizo engañando a diversas tiendas de la ciudad (joyerías sobre todo, en una desfalcó casi un millón de pesetas) y a entidades bancarias. Se hacía pasar por una doctora, viuda, cargada de dinero, y sus propinas en las peluquerías de la ciudad eran espléndidas.

Decía la timadora que su esposo había sido un antiguo ministro chileno de Eduardo Frei y, portando aires de gran señora incluso se presentó ante el cónsul de Chile en Gijón a quien también engañó. Naturalmente nada tenía que ver con el régimen de Frei ni con el de Salvador Allende. Llegó a Gijón el verano de 1973 un poco antes de que, el 11 de septiembre de aquel mismo año, tuviera lugar el golpe de estado, tan sangriento, de Augusto Pinochet.

De su estancia en Gijón cuenta la propia Nelly -en una entrevista concedida a LA NUEVA ESPAÑA, diez años más tarde- cosas realmente asombrosas. Por ejemplo que el propio obispo Gabino Díaz Merchán la fue a recibir al aeropuerto de Asturias porque ella misma se había encargado de anunciar en prensa y en medios religiosos "la visita de la eminente doctora muy contactada con altos cargos del Vaticano". Cuenta que una conocida peletería gijonesa de la calle Corrida le proporcionó abrigos de pieles, y la más popular joyería de entonces le "prestó" alhajas para una gala de UNICEF en la ciudad. Préstamos que, evidentemente no devolvió.

Muchas entrevistas concedió la peruana. Incluso redactó unas memorias donde comentaba cosas como que había sido novicia en un convento peruano, hablaba de su boda con un millonario doctor y que al morir le había dejado una buena herencia, decía haber trabajado de espía? Mucha fantasía.

La Gringa lo primero que hizo al llegar a Gijón fue empeñar en el Monte de Piedad joyas por valor de 85.000 pesetas (producto de antiguas andanzas en Sevilla) por las que obtuvo 17.000 pesetas, para luego vender la papeleta por 2.500 pesetas.

Viajaba con sus tres hijos y valiéndose de su porte, de sus dotes artísticas y de su aspecto bonachón (tenía 46 años, era de baja estatura y con cierto sobrepeso) timó a muchos gijoneses de 1973 y todo ello, por ejemplo, con maniobras como firmar cheques a favor del Sanatorio Marítimo que le daban prestigio social pero que al final no podían ser cobrados. Incluso ofreció al director del Sanatorio Marítimo su apoyo como "neurocirujana" de forma, naturalmente, "desinteresada". Participó en galas benéficas en el Club Hípico Astur, avaladas incluso por UNICEF a quien también había engañado. Todo ello valiéndose de su habilidad para los contactos y, evidentemente, gracias a su verbo cálido.

Tras obtener dinero y joyas huyó de Gijón, con sus hijos, para ser detenida en Tuy en 1974. La sablista se ocultaba, como había hecho en Gijón, bajo la personalidad de "la doctora Edward, especialista en neurocirugía". En Gijón había alquilado un piso de lujo en el Muro, que no pagó, y basaba su "crédito" en su habilidad para introducirse entre la clase adinerada de Gijón, en conseguir avales hablando de su supuesta fortuna en Chile.

Los timos de "La Gringa" en Gijón duraron poco, hasta diciembre de ese 1973, pero le fueron muy beneficiosos económicamente. Además solo la joyería y algún comerciante más denunciaron los engaños porque era un poco humillante reconocer haber sido timados por semejante personaje.

Profesionales gijoneses de la medicina la trataron sin darse cuenta de que apenas tenía estudios primarios, y muchos gijoneses y gijonesas creyeron que era una millonaria. Todo mentira. La policía la detuvo en enero de 1974 y recorrió varias cárceles hasta ser juzgada en noviembre de ese año en la Audiencia de Oviedo y fue condenada a quince años de cárcel de los que cumplió apenas cuatro porque en 1978 la amnistía con motivo de la aprobación de la Constitución la puso en la calle. La condena añadía indemnizar a Enrique Suárez Suco con 800.000 pesetas, a Florencio Paredes Dávila con 250.000 pesetas y a Carlos Cordero con 92.000 pesetas.

El 14 de julio de 1983 La Gringa era entrevistada por LA NUEVA ESPAÑA y decía entre otras cosas: "Si no barrí Gijón entero fue porque no quise". La historia de Nelly fue una conmoción en la ciudad. Tomó el pelo a parte de la alta sociedad local -a pesar de estar buscada por la Interpol en medio mundo- y estaba, en aquel 1983, de nuevo en libertad tras pasar unos cuantos años de cárcel en España. Unos meses estuvo en El Coto y el resto en Carabanchel, Oviedo y Sevilla. Precisamente de Sevilla procedía cuando llegó a Gijón, y en Sevilla había timado 200.000 pesetas en ropa y joyas en El Corte Inglés.

Imágenes, y algún dato más sobre "La Gringa" se pueden consultar en la prensa gijonesa de finales de 1973. También en la "Guía indiscreta de Gijón" de Fernando Poblet (magnífica la caricatura firmada por Juan Albuerne de La Gringa junto a Carmen Polo, "dos buenas clientas de las joyerías gijonesas", comentaba Poblet); en la revista "Asturias Semanal" del 9 de febrero de 1974, y en LA NUEVA ESPAÑA, en la fecha que mencionamos.

No es que yo tenga mucho interés por la respuesta pero pregunto, ¿que habrá sido de Rosa Nelly Sacco Bakus? ¿Qué habrá sido de "La Gringa"?

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