El cirujano vascular Fernando López de Prado falleció ayer a los 85 años, tras un ejercicio profesional en la ciudad que se extendió durante 55 años.

Nacido en la localidad gallega de Ribadeo en 1931, hijo de juez, López de Prado estudió Medicina en la Universidad de Santiago de Compostela y llegó joven a Gijón para iniciar una prolífica carrera con la que se consagró como una de las mayores autoridades en cirugía vascular.

Como él mismo recordaba hace años con motivo de su jubilación, se encontraba de veraneo en la localidad de San Cosme de Barreiros, casi en la frontera con Asturias, cuando recibió la llamada que habría de cambiarle la vida. El doctor José del Río le ofreció entonces un puesto de ayudante en el Sanatorio del Carmen, que estaba llamado a ser cosa de un par de meses y acabó convirtiéndose en algo permanente.

En el Sanatorio ejerció como ayudante de diversas especialidades, y pronto logró hacerse con el puesto de ayudante de primera de cirugía, algo que sólo se lograba con años de trabajo y experiencia que el doctor López de Prado consiguió en tiempo récord. Fue la plataforma de lanzamiento hacia la especialidad de cirugía vascular, tras asistir a varios congresos y después de pasar a formar parte en el Hospital de Cabueñes del equipo de cirugía de José Luis Tinturé.

A la par que ejercía como cirujano general en el centro hospitalario, el doctor comenzó a asistir a cursos de cursos de cirugía vascular y tras doce años de prepración acabó obteniendo el título de especialista en angiología y cirugía vascular. A lo largo de su carrera practicó miles de operaciones de varices, convitiéndose en todo un referente en este campo. Además de trabajar para la sanidad pública y una vez que el Sanatorio del Carmen cerró sus puertas, Fernando López de Prado ejerció también como cirujano vascular en el Sanatorio Covadonga durante 22 años, hasta su jubilación en el año 2012.

El doctor siempre gozó de la consideración de sus colegas, como quedó atestiguado en el homenaje que le brindaron sus compañeros en el año 1997 al cesar su actividad en el Hospital de Cabueñes, y posteriormente en el festejo de su jubilación definitiva en 2012.

El funeral por su eterno descanso se celebra hoy a las cinco y media de la tarde en la iglesia parroquial de La Asunción. A continuación sus restos mortales serán trasladados al tanatorio de Cabueñes, donde serán incinerados. La capilla ardiente permanece instalada en la sala número tres del mismo tanatorio. López de Prado deja viuda, dos hijos y tres nietos.