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De cómo la plaza del Infante pasó a llamarse del Seis de Agosto

Guzmán Sancho relata las vicisitudes que rodearon a la estatuta de Jovellanos

Agustín Guzmán Sancho, antes de pronunciar su conferencia. ENOL TEIJIDO

Fueron largas y complicadas las gestiones para llevar a cabo el monumento erigido a Jovellanos que hoy figura en la Plaza del 6 de Agosto. Tanto que hubieron de trascurrir ochenta años para conseguirlo. Lo explicó muy bien ayer, en el Ateneo Jovellanos, Agustín Guzmán Sancho en la conferencia titulada: "El monumento a Jovellanos". Hizo la presentación Rafael Loredo Coste, y teniendo en cuenta la cantidad de méritos que se le atribuyen a Guzmán Sancho, creo llegado el momento de reducirlos a uno: es un sabio. Un sabio de cuerpo entero, por títulos académicos, por investigaciones, escritos, experiencias lectivas y profesionales, y hasta por aspecto y estilo.

Personalmente nunca pensé que la estatua del "Cura del seis de agosto", como dicen que el vulgo se refiere al monumento, daba para tanto. Parece ser que a lo largo de los años se crearon varias comisiones, y diversos proyectos para inmortalizar la figura de Jovellanos, pero uno tras otro, o bien por falta de dinero, o por mal entendimiento de las parte, quedaron abortados. Tuvieron que aparecer, en la década de 1880, dos gijoneses con arrestos, Hilario Nava Caveda y Acisclo Fernández Vallín, para conseguirlo. El primero injustamente ausente del callejero gijonés cunado sus méritos son enormes.

Ambos se enfrentaron de nuevo a la penuria económica por lo que decidieron abrir una suscripción pública, consiguiendo un éxito notable ya que la encabezó su majestad Alfonso XII. Se reunieron 25.000 pesetas, un verdaderocapital, pero insuficiente porque la estatua necesitaba diversos complementos. Fue gracias a las suscriciones remitidas de México, Argentina, Perú, Filipinas y Cuba, como se logró cubrir el presupuesto. En un principio pensaron encargar la estatua a un escultor local, pero al final, en 1888 se abrió un concurso. El jurado, una vez reunido en la Escuela de bellas Artes de San Fernando, eligió al artista catalán Manuel Fuxá, autor de obras célebres, como el monumento a Alfonso XII en el Parque de El Retiro, o la estatua de Lope de Vega en la entrada de la Biblioteca Nacional.

Por fin, tras derribar el Arco del Infante, el 6 de agosto de 1891 se colocó la estatua de Jovellanos donde está hoy, pasando a llamarse su lugar, en vez de plaza del Infante, plaza del Seis de Agosto. Hubo una fiesta memorable, con misa solemne, procesión encabezada por el Conde de Revillagigedo. Acudieron representantes de todos las instituciones nacionales y se esperaba la comparecencia de la Reina regente, María Cristina; envió una gran corona de flores, pero su ausencia fue muy criticada por la prensa nacional. Se reunieron 26 coronas florales y se tocó la Cantata a Jovellanos, compuesta por Emilio Arrieta.

Al finalizar la conferencia, Rafael Loredo leyó en escrito en que exponía una solicitud: que fuera nombrado Cronista Oficial de la Villa Agustín Guzmán Sancho, ya que dicho cargo está vacante desde el fallecimiento de Patricio Adúriz hace 26 años.

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