La concejalía de Medio Ambiente intensificará el año que viene su labor de vigilancia con más inspecciones a las industrias potencialmente contaminadoras, el inicio de un nuevo plan de inspecciones de vertidos industriales y la intensificación de los controles de calidad del agua de baño. Así lo explicó Carmen Moriyón, en su calidad de responsable política del área medioambiental, tras comparecer ante los grupos municipales para explicar los presupuestos de 2017 en los ámbitos municipales a su cargo directo. La Alcaldesa hizo especial hincapié en los controles del agua en tanto no se solvente la situación de la depuradora del Este, cuya apertura está paralizada por instancias judiciales. Sin este equipamiento. o una solución alternativa, el proceso de depuración de las aguas que Gijón vierte al Cantábrico está incompleto. Irregularidad que se complica por los fallos detectados en el emisario de Peñarrubia que suponen fugas al mar. "Sabemos que hasta que no se solucione el problema vamos a tener que estar muy encima de esta situación y hacer análisis del agua cada poco", recalcó la regidora forista.

A esas labores de vigilancia medioambiental, y en el ámbito concreto de la contaminación atmosférica, se sumará una nueva estación de control del aire. En lugar de dos, como estaba previsto, se ha optado por comprar sólo una pero móvil. El coste ronda los 180.000 euros más 37.000 euros en impuestos. Moriyón adelantó que buscará el consenso de grupos políticos y vecinos para elegir su ubicación. "Queremos que sea un elemento para la confianza no para generar más dudas entre los vecinos. En Jove, en Tremañes... dónde se decida entre todos", indicó. Ciudadanos ya mostró ayer su malestar con esta compra. Su propuesta es dedicar ese dinero a un estudio sobre las fuentes de emisión .

El presupuesto global diseñado por Foro para el año que viene reserva para el área de Medio Ambiente un total de 912.700 euros, un 0,09% menos que en el presupuesto de 2015 que fue el último aprobado en el Ayuntamiento. El grueso de ese dinero se va a gastos de personal con 529.600 euros. Los gastos en bienes corrientes y servicios suman 334.500 euros.

Hay algunas partidas pequeñas pero que amparan iniciativas singulares. Por ejemplo la que tiene que ver con el control de los consumos de energía en los centros escolares de la ciudad. El plan empezará con la instalación de medidores en doce centros -dos por cada distrito- para, en palabras de Moriyón, "visualizar los datos en una pantalla en tiempo real, comparar entre colegios y tomar las medidas para lograr ahorros". Esta es una de las piezas del proyecto de gestión integral de la energía que tiene entre manos el Ayuntamiento. También hay 30.000 euros para avanzar en los estudios vinculados al Observatorio de la playa de San Lorenzo y otros tantos para acciones derivadas del nuevo mapa de ruidos de la ciudad.

El acuario, con partida propia en el presupuesto municipal y también bajo la responsabilidad de la Alcaldesa, reserva otros 30.000 euros en el capítulo de inversiones para obras de mejora. "Es un edificio que cumple once años en 2017, que está en un medio salino y que tiene unas necesidades", indicó la edil antes de referirse a la intención, por ejemplo, de mejorar los mecanismos de seguridad que acompañan a los buzos que dan de comer a los tiburones o cambiar las puertas de la zona de cuarentena de los animales.