El Grupo Covadonga afronta mañana lunes su asamblea más numerosa. Están llamados a participar en el encuentro 29.000 socios de los 38.769 con los que cuenta la entidad: 1.751 de los cuales se incorporaron recientemente a las filas grupistas como consecuencia del proceso de fusión con el Centro Asturiano de La Habana. Pero el elevado número de personas que pueden acudir a la cita no es lo que generará el mayor problema de esta reunión extraordinaria. La asamblea -que se celebrará en primera convocatoria a las siete y media de la tarde-, está siendo desde hace días objeto de enfrentamiento en redes sociales como consecuencia de una modificación llevada a cabo en las cuentas de 2015 que se presentan para su aprobación y que, según los críticos, habrían sido manipuladas por la actual junta directiva para "ocultar su mala gestión" y ensuciar el nombre del anterior responsable de la entidad. En cualquier caso el actual presidente del Grupo, Antonio Corripio, acude a la cita con una doble intención: volver a someter a votación estas cuentas, rechazadas en la anterior asamblea, y sacar adelante su primer presupuesto.

A pesar de que se prevé que haya tensión Corripio y los suyos afrontan la cita "con tranquilidad". La nueva junta directiva salida de las elecciones que tuvieron lugar en marzo señala como muestra de buena voluntad y de su "manera distinta de hacer las cosas" la decisión del propio Corripio de presentar durante la asamblea un "informe del presidente" en el que se recogen los aspectos fundamentales de su gestión y en el que se enumeran por primera vez datos como el número de trabajadores con el que cuenta la entidad o los números que reflejan los costes derivados del tortuoso proceso de fusión con el Centro Asturiano que intentó frenar la anterior directiva. Corripio mantiene que la entidad que preside gastó 760.632 euros -la mayor parte en asesoría legal-, durante un proceso que no se frenó hasta que él llegó a la dirección del Grupo. El desembolso, asegura el entorno de Corripio, podría haber sido mayor si no se hubiera negociado con los abogados una rebaja de más de 100.000 euros en sus honorarios.

El presidente defiende que en las cuentas de 2015 de la directiva de Enrique Tamargo sólo se han realizado "dos pequeños ajustes técnicos que tuvimos que hacer como consecuencia de la auditoría que encargamos". Lo cierto es que por culpa de esos cambios las cuentas de 2015 pasan de ser positivas -con un superávit de 49.919,68 euros-, a convertirse en negativas -con un déficit de 15.003,51 euros-. "Tenemos un gran respeto por la junta anterior, no dudamos de su honorabilidad", afirma Corripio llamando a la participación en la asamblea. "Animamos a la gente a que participe porque nosotros siempre estaremos dispuestos a escuchar al socio", recalca. El presidente hace hincapié, además, en que los presupuestos que mañana pretende aprobar -los de 2016-, no son del todo su responsabilidad. "Llegamos hace ocho meses y heredamos muchos contratos que aún siguen en vigor. A pesar de todo hemos demostrado que se pueden cambiar las cosas y podemos ahorrar costes. Las cuentas de 2017, que ya estamos preparando, sí que serán nuestras , afirma Corripio.

Lo que parece tener claro el presidente es que el próximo año no se subirán las cuotas sociales a pesar de que habrá que afrontar nuevas reparaciones en el Pabellón Verde, otra instalación que generó pleitos contra la constructora que fue llevada a los tribunales y que acabó pagando 1.700.000 euros de indemnización. Un dinero que, a pesar de todo, no cubrió todos los desperfectos que presentaba la instalación.

Pero las polémicas no acaban ahí. Algunos socios alertan incluso, a través de internet, de la voluntad de muchos grupistas de votar en contra de otro de los puntos del orden del día: la creación de una sección de billar y bolos. Un tema que no debería ser objeto de discusión pero contra el que, aseguran algunos, se van a posicionar "los que no quieren nada que venga del Centro".

Sea como sea Corripio asegura que en este año el Grupo ha logrado "consumar la fusión, generar nuevos proyectos y no hacer ni una sola derrama". Su examen llegará mañana. Y todo con la presencia, además, de un socio, Felipe Aller Celemín, que planteará la nulidad de la asamblea alegando que fue convocada fuera de plazo y que las cuentas "deben aprobarse en una cita ordinaria". Celemín insiste en que en abril se aclaró que sólo podían ser asumidos como nuevos socios los del Centro que estaban al corriente de pago y que son sólo esos los que deberían participar en la cita. Este socio alerta de que un juez ya anuló el congreso del PP de Gijón por hechos similares.