La sección séptima de la Audiencia Provincial de Asturias, con sede en Gijón, acaba de darle la razón a una abuela que llevó a los tribunales a su propia hija para que los jueces ampliaran a su favor el régimen de visitas del que disfrutaba la demandante y que permitía a esta abuela gijonesa pasar varias horas a la semana con sus nietos.

La decisión del juzgado al que acudió en un primer momento la gijonesa impedía que los niños durmieran en casa de su abuela, un extremo logrado ahora con el recurso ante la Audiencia. Lo extraordinario del caso -más allá de la necesidad de judicializar las situaciones familiares-, es que en esta ocasión la mujer que llevó a los tribunales a su hija no se sumó a un proceso de divorcio previo como parte interesada para seguir manteniendo la relación con sus descendientes después de una separación. Según fuentes judiciales cercanas al caso esta abuela gijonesa inició el procedimiento judicial "motu proprio" porque no la dejaban ver a sus nietos a pesar de que ella misma los había cuidado durante meses.

La mujer pidió hace semanas a la Audiencia Provincial que sus nietos -nacidos fruto de los dos matrimonios que mantuvo su hija-, pudieran pernoctar en su casa. Los jueces reconocen que con respecto a la niña de ocho años, nacida en el primer enlace matrimonial, no existe oposición de ninguna de las partes al aumento de las horas que puede pasar la menor con su abuela. "No hay razón para que no se reconozca la pernocta dado que es palmaria la existencia de una relación profunda entre la niña y la abuela, que tuvo a su cargo a la menor dos años", señala la sección séptima de la Audiencia Provincial argumentando así el derecho de la demandante a que la pequeña pase en su casa fines de semana alternos desde el viernes a las seis de la tarde hasta las ocho de la tarde del domingo y 15 días durante el verano.

Con respecto al segundo nieto, un niño de poco más de un año, el tribunal también da la razón a la mujer que inició el pleito a pesar de que el padre de este niño -el hombre que actualmente está casado con la hija de la gijonesa- se opuso frontalmente a establecer un régimen de visitas. Algo que hizo, tal y como recalcan los magistrados encargados del caso, "por la mala relación que mantiene con su suegra". "Dada la edad del menor, que estuvo a cargo de la abuela durante dos meses, parece conveniente ampliar las visitas de forma propugnada por el Ministerio Fiscal a un fin de semana al mes, sábados y domingos de 11 a 20 horas sin pernocta, pudiendo ampliarse en un futuro a la vista de su resultado y de la consolidación de vínculos afectivos entre abuela y nieto". La sección séptima de la Audiencia Provincial se ve obligada incluso a distribuir entre la abuela y los progenitores los días de cumpleaños que cada uno puede pasar con el pequeño.