El juzgado de instrucción número 2 de Gijón decretó esta mañana el ingreso en prisión de Iván González Fresno, el vecino de Monteana de 32 años acusado de asfixiar a su madre hasta matarla en el domicilio familiar. El reo será trasladado por la Guardia Civil hasta la prisión de Villabona. La decisión de la magistrada tiene lugar 48 horas después de la detención del parricida confeso, que se entregó voluntariamente en la Comisaría de Policía Nacional poco después de cometer el asesinato. La juez aceptó después del interrogatorio la petición del ingreso en prisión que había tramitado la Fiscalía.

Los hechos tuvieron lugar de madrugada en el domicilio familiar que compartían víctima y agresor con las dos hermanas y el padre del arrestado. Después de acabar con la vida de su madre Iván González Fresno caminó más de una hora de madrugada hasta las dependencias policiales de El Natahoyo. Una vez allí contó lo que había hecho al funcionario que se encargaba del control de accesos de la Comisaría. "No podía dormir, bajé las escaleras y maté a mamá", confesó el reo tranquilo y con un discurso en el que lo único de lo que no supo dar explicación fue de las razones que le habían llevado a cometer el crimen. "Tengo un trastorno psicoafectivo, no tengo afecto ni sentimientos", afirmo el detenido. El ingreso en prisión del imputado se produjo apenas unas horas antes de que a las cuatro de la tarde el tanatorio de Jove acogiera el acto de despedida a la difunta, Milagros Fresno, de 54 años, "Marimí" como la conocían sus más allegados.

La del pasado martes no fue la primera vez que la Guardia Civil tenía que intervenir en el domicilio familiar. Los agentes de la Comandancia de Contrueces (encargados ahora de la investigación de este asesinato que tuvo lugar en su demarcación) ya habían acudido en al menos una ocasión anterior a la vivienda de "Rafael el carnicero", como conocían al padre de familia en el barrio. Por aquel entonces Iván González había protagonizado otro altercado violento como consecuencia de su enfermedad mental que se pudo solventar con su traslado a un centro médico. "Tenía temporadas muy malas, una vez se perdió un mes en el monte y los familiares no supieron nada de él", relató el pasado miércoles horas después del suceso un vecino de Monteana aún conmocionado por lo sucedido. El crimen tuvo lugar en una vivienda que Rafael González había construido en los años 90 en la misma parcela en la que reside su hermana, frente al bar de la zona, el Cañaveral. El gijonés había construido el inmueble con el dinero que le había tocado gracias al sorteo de El Niño, unos 90 millones de euros que consiguió gracias a una apuesta con unos compañeros con los que jugaba al mus.