En la serie de entrevistas en las que en diciembre de 2010 Claudio Fernández Junquera relató sus memorias a LA NUEVA ESPAÑA, el empresario defendió la expansión de El Musel, a pesar de las polémicas que rodearon la ampliación, augurando incluso que el Puerto tendrá que volver a ampliarse para que el dique Norte llegue hasta los bajos de Las Amosucas "donde rompen las olas y crean dificultades en la entrada de buques". El Puerto y la Cámara de Comercio, que presidió 19 años durante los que consolidó la Feria de Muestras, fueron dos de sus principales inquietudes.

Durante dos décadas como consejero de la Autoridad Portuaria, hasta 2000, vivió la ampliación de los muelles de La Osa, la creación del muelle de minerales en el antiguo Dique Norte y después en el Príncipe de Asturias. En sus últimos años como consejero ya se estaba hablando de la ampliación, que no se iniciaría hasta 2005. "Ya nadie se acuerda, pero fue Santiago Eguiagaray el que realizó los primeros diseños y se expusieron en la Feria de Muestras", apuntaba entonces. El naviero recordaba que "luego el proyecto se hizo mayor, hasta que lo estropearon de tantas vueltas que le dieron. El golpe de timón lo dio Álvarez-Cascos".

Adalid del Puerto, al que "le di mucha y especial dedicación y cuando pude ser vocal lo acepté con gusto porque sus instalaciones son fundamentales para Gijón" y justificaba la escasa actividad de la ampliación portuaria por la crisis económica mundial, si bien sostenía que los nuevos muelles "permitirán aprovechar todas las oportunidades de futuro que luego vendrán", como históricamente sucedió con cada ampliación portuaria.

Sus primeros recuerdos de la infancia se remontaban a los acontecimientos que se vivieron durante la Guerra Civil en Gijón, a donde llegó junto a su madre en 1936, para vivir con sus abuelos después de que hubieran fusilado a su padre, era director del Puerto de Avilés. "Un hijo de mi abuelo Gumersindo había muerto hacia 1932, así que era yo el único varón en el que mi abuelo puso sus expectativas para que continuara con él en la empresa. Era natural". Explicaba así como comenzó a ir por las oficinas de la empresa, en la calle Linares Rivas, en 1954 y un año después tomó el timón, al fallecer su abuelo.

En la extensa conversación con LA NUEVA ESPAÑA recordó algunas anécdotas con tintes políticos, como cuando durante su etapa universitaria acudió junto con el director del colegio mayor en el que estaba, Torcuato Fernández-Miranda, y con otro colegial a invitar a una fiesta estudiantil al gobernador civil, Francisco Labadie quien al entrar en su despacho "nos saludó con el brazo en alto, pero ni Torcuato ni nosotros dos respondimos al saludo".

En la transición fundó la Agrupación Social Independiente, que se integró en Alianza Popular en un momento en que "no tenía dirección clara" y estaba formada por siete asociaciones políticas lideradas por exministros de Franco, que se fusionaron tras las generales de 1977. Unos meses antes de aquellas elecciones fue nombrado presidente de AP en Asturias "precisamente por ser de los independientes, ya que el cargo lo disputaban entre sí los siete y yo fui el desempate". Fernández Junquera eligió a Isidro Fernández Rozada como secretario general. Tras el fiasco de AP en las generales de 1977, Claudio Fernández Junquera acudió a Madrid para presentar su dimisión ante Manuel Fraga. "'Visto el resultado, debo ser sustituido'. Pero Fraga tenía que decir la última palabra: 'Usted me presenta la dimisión porque yo se lo pido; usted da mala imagen porque es empresario y no quiero empresarios al frente del partido'. Entonces le repliqué. 'Don Manuel, ya le he dicho que me marcho; ya está decidido, no me tiene usted que decir nada; le dejo el camino libre'".