Patines para el hielo, una guitarra eléctrica, una gaita, un cuento o un quad. Los niños que ayer establecieron contacto por videoconferencia con L'Anguleru ya tienen clara su lista de regalos para estas navidades. Otros incluso pidieron cosas más inverosímiles como una galleta de chocolate marrón o una caravana para sus padres. Lo cierto es que el Papá Noel asturiano tiene desde ayer mucho trabajo para cumplir con las expectativas infantiles.

L'Anguleru se hizo de rogar pero después de varios gritos de los niños apareció por pantalla desde el mar de los Sargazos con su inconfundible traje amarillo, gorro negro y unos pelos castaños en cabeza, barba y bigote desmesurados. "Aquí tan lejos no tengo opción de ir al peluquero", aclaró. Allí, que es muy lejos como les dejó claro a los niños, vive y trabaja para cuidar los mares y así poder pescar para vender la colecta y costear de esta manera los regalos que los escolinos le piden. No obstante, a los más avariciosos que ayer enumeraban de cuatro en cuatro sus deseos, les recordó que "hay que pescar mucho para tanto y tengo que repartir a muchos niños, igual no puedo llevaros todo lo que me pedís".

"He aprendido a escribir para poder enviarle la carta al Anguleru, y le pido este año una consola y un dron para hacerlo volar", aseguró Igor Cuervo, de seis años, muy ilusionado al ver al gran protagonista. Illán, de cuatro años, poco más que quería crear una orquesta en casa al solicitar una guitarra eléctrica, una gaita y un amplificador. La más escueta fue la pequeña Claudia, de cuatro años, que solicitó un cuento, a elegir por el gran capitán. O Pablo, de cinco años, que fue empático con la ardua tarea de L'Anguleru y le dijo "quiero lo que primero me traigas", entre la risas de los presentes en el Acuario.

Antes de la aparición de este personaje de reciente creación inventado en 2008 por la asociación Garabuxada, sonó el villancico de L'Anguleru, interpretado en esta ocasión por la joven Nela, alumna de Javier Tejedor en la Escuela de Música de Mieres, con su acordeón. Una interpretación que también fue a través del plasma.

Después de recoger las intenciones de los niños, L'Anguleru prometió ponerse desde ya a hacer acopio de las peticiones y les instó a ir a recibirle cuando atraque en Gijón el próximo 23 de diciembre, también en el Acuario. "Todo dependerá de la marea que encuentre pero llegaré por la tarde en 'L'Angulina', mi lancha", aseguró.

Además de la carta, todos los niños recibieron una invitación a un chocolate caliente en la cafetería del museo acuático y también la recomendación de convertirse en buenos cuidadores de los océanos, mares y ríos, especialmente los de Asturias, por los que se desplazará este peculiar personaje para dar debida cuenta de los deseos de los niños.