El pintor gijonés Marcos Tamargo (1982), uno de los jóvenes artistas asturianos con mayor proyección internacional, ha elegido la sala madrileña Mirat & Co para la presentación de su obra reciente. Bajo el título "Anábasis" reúne veinticinco piezas que suponen, según ha explicado él mismo, una renovación de los paisajes africanos que venía pintando desde hace tiempo. Son obras en las que hay una mayor carga matérica, con piezas de cualidades casi escultóricas.

"He utilizado la arpillera, lienzo y papel, junto con una estratificación de colores a los que añado diversas materias: maderas, arena, serrín, cristales...", hizo resaltar Marcos Tamargo, para quien "Anábasis" es una traducción plástica de "historias portadoras de una memoria personal".

El artista, que profundizó en Nueva York en su vocación como pintor, ha contado en alguna ocasión que el tiempo que pasó en Kenia "ha marcado un antes y un después" en su obra, tanto en el uso del color como en la misma composición del cuadro. En "Anábasis", término griego que utilizó Jenofonte para relatar el viaje y retirada de los diez mil expedicionarios al interior de Persia -las tierras de Ciro-, Marcos Tamargo opera pictóricamente con su propio viaje como fenómeno expresivo: un itinerario desde las luces e imágenes kenianas, hasta estas otras en las que también están presentes las de los campos de Castilla y las tierras andaluzas. Habla de la constitución de un paisaje que es, a la vez, "africano e ibérico". El pintor ha expuesto en varias ferias internacionales y durante cinco años pintó a los premiados con los "Príncipe de Asturias".