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El "Castañeru", torero bufo y más

Luis Polledo, que llegó a escribir las memorias de su vida, participó en varias becerradas en El Bibio montado en burro, de levita y chistera

El "Castañeru", torero bufo y más

Luis Sánchez Polledo, "Castañeru", fue un personaje (torero cómico entre otras actividades) que escribió un libro publicado en el año 1935: "Memorias de mi vida". Un libro de un hombre muy popular en el Gijón de los años veinte y treinta del siglo pasado y que, sin embargo, es un texto que para la inmensa mayoría de los gijoneses no es en absoluto conocido.

La madre de Luis Sánchez Polledo (Noreña, 1893- Gijón, 1954) era Rogelia Polledo, "La Roxa", castañera en Noreña y que se trasladó a Gijón con su hijo para llegar a ser pronto una muy conocida vendedora en la pescadería municipal. De ahí el apodo que tuvo nuestro protagonista, aunque Luis nunca fue castañeru, pero sí, que sepamos, realizó nada menos que estos trabajos: fue vendedor de prensa, limpiabotas, actor, "rifador" de cestas de Navidad, imitador de artistas, carbonero, vendedor de caramelos en el rastro, camarero y dueño de un bar, torero bufo, repartidor de cervezas, payaso, cantinero en el campo de fútbol Los Fresno... Además fue director y redactor del semanario deportivo y humorístico "El Domingo" que en Gijón se editó durante 1934 y 1935 y que luego volvió a salir en diciembre de 1937. Por cierto un semanario muy dignamente realizado y del que se conservan algunos ejemplares.

Lo que se cuenta de Luis Polledo, el clásico "perreru local", parece ficción pero todavía hay testigos vivos que confirman la verdad de casi todo ello. Para empezar, en Valladolid -en el año 1914 cuando cumplía con la patria- es "tomado por loco" e ingresado en el manicomio militar porque quería librarse del ejército aduciendo locura y amistad con Melquíades Álvarez. Nuestro hombre, por el engaño, es condenado a tres años de cárcel que cumple en el penal de Mahón y a su regreso a Gijón es recibido como un héroe por sus amigos de Gijón, por todo Gijón. Pero a los diez días, tras una cena y la consiguiente ruta de chigre en chigre, otra vez lo detienen por agresión a la autoridad y en la cárcel de El Coto pasa una temporada destinado en la enfermería. Inenarrables las aventuras carcelarias y sanitarias de Luis Polledo. Con su singular aspecto: de muy corta estatura y con cierto volumen físico.

Tiempo después, ya en libertad y tras varios meses deambulando por Gijón, consigue un empleo en la fábrica de cervezas La Estrella de Gijón y con un carro reparte Polledo cervezas por toda la ciudad. Pero poco le dura el trabajo. "Otra vez silbando por las esquinas", escribe, "hasta que hice de torero". En efecto, Luis Sánchez Polledo, "Castañeru", participó en varias becerradas en El Bibio y lo hacía montado en burro y vestido con levita y chistera. "Cuando en una ocasión el toro me arrolló, cientos de petardos cayeron sobre ambos, sobre toro y sobre mí. El público me quiso sacar en hombros? pero para tirarme al río Piles", cuenta.

Luis Sánchez Polledo, "Castañeru", "toreó" en varias corridas marineras, en Candás durante las fiestas del Cristo, que como se sabe se realizaban usando la arena en bajamar como coso. Pues bien, nuestro "perreru local" tuvo incluso imitadores y en Candás, cuando no acudía el original a hacer el paseíllo, lo hacía otro Luis también apellidado Polledo: Luis Polledo "Chatarra el Nano de Perlora". "Nano" porque era enano.

De vendedor de periódicos había empezado Polledo su "carrera". En "El Noroeste" del 21 de diciembre de 1908, con quince años, lo vemos envuelto en un jaleo mayúsculo, "uno de los escandalosos muchachuelos vendedores de prensa, Luis Sánchez Polledo, que tiene fama de revoltoso, se volvió contra el guardia y luego se tiró él mismo contra un banco produciéndose heridas en la cabeza".

"Formalizó" el "Castañeru" y entró a trabajar de limpiabotas en el Centro Instructivo Republicano y allí se hizo "melquiadista", admirador de Melquíades Álvarez. Sin embargo vemos noticias en la prensa de cuando en 1912 "armó una monumental zambra en los jardines de Begoña y fue llevado al cuartón", o cuando en 1914 fue juzgado "por abusos deshonestos" e ingresó, no por última vez, en la cárcel de El Coto.

"Una noche", nos cuenta Luis Polledo en su libro, "mientras dormía en el Prau de Don Gaspar, el guardia civil Doval me llevó al cuartel de Los Campos acusándome de tener pistola. ¡Lo fácil que es ser bufón es este pueblo de Gijón!".

Sí que era objeto de muchas burlas nuestro Polledo. Una muy fuerte fue cuando sus "amigos" le gastaron la broma de pagar entre todos en la prensa una esquela anunciando su muerte: "D. Luis Sánchez Polledo, falleció cristianamente en Gijón el día?". Quizás el único gijonés que pudo leer su propia esquela.

Aparece Luis Polledo "Castañeru" como uno de los personajes de la novela "Sonatina gijonesa" (1929), de José Fernández Barcia. Lo vemos con nombre y apodo cambiados, Luis Galledo "Avellaneru", y lo describe Fernández Barcia tal como era: "Poseía Avellaneru varias habilidades histriónicas: cantaba, bailaba, declamaba, imitaba caricaturísticamente a estrellas de varietés. Tenía el repertorio y la capacidad cómica suficientes para mantener a una reunión en constante hilaridad durante una noche entera".

Años más tarde, Fernando Poblet en su "Guía indiscreta de Gijón" (1980), habla del personaje, "Polledo, un homosexual que rifaba caramelos en El Humedal".

Que nosotros sepamos Luis Sánchez Polledo tuvo dos negocios en Gijón, digamos que como propietario. El bar Casa de Luis Polledo, en la calle de Melquíades Álvarez números 5 y 7, "antigua Casa Falo, apertura el día 1 de febrero de 1926, en ella encontrarán esmerado servicio de cocina, y bebidas de las mejores marcas", y la fábrica de caramelos Luis Polledo en la calle del Buen Suceso número 5 bajo, "caramelos finos y para el café, para industriales hay precios especiales".

El gran Polledo. "Luis hace su entrada en el ruedo tranquilo y sereno, caballero en un resignado rocín. Va hasta la presidencia y saluda, y empuña los rejones. Digamos, en síntesis, que en vista de que con el rejón el bicho no tuvo a bien entregarse a las mulillas, Polledo echó pie a tierra y banderilleó, muleteó, valiéndose para matar de una suerte hasta ahora desconocida, y fue el empuñar el estoque con ambas manos. Muerto el becerro Polledo, que había brindado al presidente del Sporting don Ismael Figaredo, recibió de éste un obsequio en metálico que agradeció vivamente; además recibió del público mil chucherías".

Diario "La Prensa", 2 de julio de 1926

El popular gijonés "Castañeru" compadece a responder de un delito calificado de atentado. "Ayer conoció la Audiencia Provincial un suceso ocurrido el pasado año cuando Gijón se encontraba en plenas fiestas de agosto. El hecho se calificó como un atentado respondiendo de tal delito Luis Sánchez Polledo, popularmente conocido como 'El Castañeru', persona de cuya amistad se complacen muchas personas de la buena sociedad gijonesa, que incluso le ayudaron para montar un establecimiento de bebidas.

La noche de autos, dice Luis, ya pasada la una llegaron a su establecimiento dos policías solicitando que les sirviera café, 'ya es tarde y no puedo complacerlos', les contestó. Entonces le agredieron los guardias, hiriéndolo. Claro que los guardias no lo explican así. Ellos dicen que, estando de servicio, se acercaron al establecimiento de Luis Sánchez Polledo y al verlo abierto le invitaron a cerrarlo. Cuentan que Luis se abalanzó contra ellos esgrimiendo una botella, y entonces le dieron una bofetada. Los testigos dieron la razón al 'Castañeru' pero el fiscal mantuvo la petición de seis años y un día de prisión mayor.

Su abogado defensor, señor Muñoz de Diego, interesó en su informe una sentencia absolutoria, y ahora el Tribunal de Derecho dirá la última palabra".

Diario "La Voz de Asturias", 6 de marzo de 1928

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