Desde su entrada en funcionamiento el pasado día 1 de julio está completo, e incluso sobreutilizado. El módulo de alojamiento para familias ha resultado ser uno de los recursos más demandados del albergue Covadonga desde su ampliación este mismo año, y a punto de cerrar el ejercicio de 2016, es uno de los equipamientos clave.

En los últimos seis meses han pasado por el módulo un total de siete familias con menores a cargo, que hacen uso de este recurso concebido para situaciones de emergencia en unos plazos estipulados entre 2 y 15 días, de manera que nadie que se vea enfrentado a una urgencia se vea en la calle con niños pequeños. Se trata de que las familias puedan ser derivadas a otros dispositivos más adecuados, pero en la actualidad está a tope. Tanto que, aunque sólo dispone de un módulo de estas características, los responsables del albergue se han visto obligados a alojar a hasta dos familias de forma simultánea, usando para ello la zona pilivalente o compartiendo apartamento, para poder dar una mayor respuesta a sus problemas.

Otro de los servicios que ha experimentado un gran crecimiento este año con la ampliación es el de comedor, que ha pasado de 45.162 comidas diarias hasta el finales de noviembre en el año 2015 a 57.059 comidas en el mismo periodo de este año. Ello se debe a la apertura de los nuevos servicios del albergue, que ha aumentado de 44 a 87 el número de plazas de alojamiento para hombres y mujeres, a los que se suma el módulo familiar.

A día de hoy el albergue se ha convertido en la puerta de entrada a la Red Municipal de Inclusión Activa de Gijón, y se encarga preferentemente de la atención a las necesidades básicas de las personas sin hogar o en situación de especial vulnerabilidad. En lo que va de año se ha atendido a 909 personas, con 3.691 demandas de ingreso y un total de 18.545 estancias.

De ellos, la mayoría de usuarios siguen siendo hombres (749, lo que supone un 82 por ciento) frente a las 160 mujeres (un 18 por ciento del total. En su mayor parte se trata de españoles.