Controlar la población de las colonias de gatos que se encuentran repartidas por varios barrios y parroquias de Gijón y en las que viven casi un millar de animales. Ese es el objetivo que se han marcado asociaciones de animalistas como Gijón Felino. Un objetivo para el que, tal y como critican estos gijoneses, no se cuenta con el apoyo municipal suficiente.
"Desde hace años la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Gijón saca a concurso público la adjudicación de un dinero para la castración de animales pero luego nunca la llevan a Pleno. Como no se esterilizan los gatos nacen muchos gatitos, el verano pasado fue un desmadre y nos vemos desbordados", sentencia Elena Vigil Escalera, de Gijón Felino, haciendo hincapié en que la protectora municipal por contrato debe castrar a entre 50 y 75 gatos callejeros al año, un número que "se queda muy pequeño en esta ciudad".