Empezó a escribir historias cumplidos ya los cincuenta años y después de más de tres lustros de navegaciones por los cinco océanos. Desde entonces no ha dejado de ganar premios literarios. Tiene facilidad para esa distancia narrativa que llamamos novela corta. Escritor y capitán de la Marina Mercante, Miguel López García acaba de publicar "Confesiones y media botella de coñac" (El Tajalápiz Media), un relato hilado desde el suspense en el que habla de personajes marcados por la derrota pese a proceder de ámbitos diferentes.

Miguel López García nació en Barres, en Castropol, en 1954, aunque vive desde hace años en Gijón, donde su profesión le llevó a la torre de Salvamento Marítimo de El Musel. Desde el año 2010 no ha dejado de recibir galardones y reconocimientos por sus trabajos literarios. Ha ganado el "Dulce Chacón" y el "Zayas" de novela corta, y ha sido finalista del "Ciudad de Noega", del "Ciudad de Almería" o del "Concejo de Siero", también, claro, de novela corta.

Es un autor en cuyas historias permanece el fondo de la Asturias rural de las décadas de los cincuenta y sesenta del pasado siglo, pero también las muchas experiencias vitales que ha acumulado en sus navegaciones por los mares del mundo. Ha dicho, en alguna ocasión, que su experiencia como capitán de buque le ha permitido conocer a la gente y ahondar en su psicología. Miguel López García ha hecho de la literatura su pasión.