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Prodintec investiga sobre los usos militares de la impresión 3D para el Consejo Europeo

La Agencia Europea de Defensa elige el proyecto del consorcio del centro gijonés y la francesa MBDA para la aplicación de esta tecnología

Fabricación en una impresora 3D en Prodintec. ÁNGEL GONZÁLEZ

La Agencia Europea de Defensa, organismo dependiente del Consejo Europeo, ha adjudicado al consorcio formado por la Fundación Prodintec y la multinacional francesa MBDA Missile Systems un contrato para estudiar la viabilidad y demostrar las aplicaciones de la tecnología de fabricación aditiva (impresión 3D) a la Defensa. Se trata del primer proyecto de este nivel que se realizará en Europa, avanzando en un campo en el que ha sido pionero Estados Unidos.

Se trata del proyecto de mayor alcance en el sector de la defensa que consigue el centro tecnológico gijonés. El mismo se desarrollará en tres fases, siendo la primera un estudio documental para situar la impresión tridimensional y su potencial en un contexto de defensa. Esto es, conocer qué aplicaciones militares puede tener en un sentido amplio; es decir, no sólo las relativas a armamento, sino también a la personalización de determinados equipos o a solventar problemas de logística para obtener, por ejemplo, piezas de recambio o utensilios en bases aisladas o alejadas de las zonas de suministro.

Las posibilidades de la impresión 3D son amplias y el estudio estratégico que realizarán Prodintec y MBDA tratará de "establecer cuáles son las más interesantes, sopesando sus ventajas y limitaciones en un contexto de Defensa", explica David Santos, ingeniero adscrito a la Unidad de Gestión de la Innovación de Prodintec y que es uno de los 9 profesionales de esta fundación que participarán en el proyecto. La primera fase del mismo no sólo incluirá detallar cuál es el estado del arte en la impresión 3D, sino también relacionar qué organismos, empresas y centros tecnológicos pueden estar interesados en la aplicación de esta tecnología a la Defensa, además de analizar las perspectivas de desarrollo de esta tecnología.

El proyecto no se ciñe al plano teórico, sino que su segunda fase consistirá en el despliegue de una instalación autosuficiente para poder realizar fabricación aditiva sobre el terreno durante una operación militar. Para ello se hará un simulacro de despliegue en un ejercicio aerotransportado en Zaragoza, que tendrá lugar a mediados de año, previsiblemente en junio, y que se desarrollará a lo largo de dos semanas.

La instalación autónoma que se proyecta estará dentro de un contenedor de transporte, que incluirá las tecnologías de impresión 3D, la materia prima, las instalaciones de postprocesado y la climatización del contenedor para que sea autosuficiente y pueda operar en cualquier base militar por aislada que esté. Las únicas limitaciones serían la disponibilidad de la materia prima para fabricar las piezas en 3D.

La tercera fase del proyecto consiste en exponer los resultados del mismo a altos mandos militares, entre septiembre y octubre de este año para "concienciarlos de la utilidad de esta tecnología en el ámbito de la defensa", apunta David Santos.

La agencia eligió el proyecto presentado por el centro tecnológico gijonés y la multinacional francesa de entre los 7 que presentaron ofertas. La adjudicación se hizo en 280.000 euros, con unja baja de 20.000 euros respecto a la licitación. La reunión para el lanzamiento del proyecto se celebró el pasado 21 de diciembre en Bruselas, en la sede del organismo contratante.

Prodintec acumula una década de experiencia en el desarrollo de tecnologías de impresión en 3D. Fue el centro tecnológico gijonés quien propuso a MBDA presentarse al concurso abierto por la Agencia Europea de Defensa. El motivo de elegir a este socio no sólo tuvo que ver con su bagaje en la producción de equipos militares, sino también con el hecho de que la multinacional francesa ya utiliza impresoras 3D en sus procesos de fabricación.

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