Prisión provisional, comunicada y sin fianza por un delito de homicidio en grado de tentativa. Es lo que ayer dictó el titular del juzgado de Instrucción número 3 de Gijón, que se encontraba de guardia, tras escuchar la declaración de David G. P., el vecino de El Polígono acusado de agredir brutalmente en las inmediaciones de su casa a Luis Alberto Tudela, un policía jubilado que reside en el mismo barrio gijonés y que permanece ingresado en el Hospital de Cabueñes, donde tuvo que ser intervenido quirúrgicamente a causa de las profundas heridas, provocadas con un machete. David G. P. no niega los hechos que se le imputan, pero asegura "no recordar nada", así como rechaza que se tratase de un ataque premeditado contra el policía jubilado.

"No tengo nada en contra de la víctima, no iba a por ella. Podría reconocerla si la veía por el barrio, pero nada más", declaró ante el juez David G. P., de 36 años, según explicó su abogado defensor, Luis Tuero. El detenido pasó a disposición judicial a primera hora de la mañana de ayer después de haber permanecido en los calabozos de la Comisaría de El Natahoyo durante la noche. Una vez prestó su declaración, el juez, de acuerdo con el Ministerio Fiscal, ordenó su traslado al centro penitenciario de Villabona en régimen de prisión provisional, comunicada y sin fianza.

Según explicó ayer su abogado, David G. P. "no recuerda los hechos que se le imputan porque sufre ausencias". Por ello, recalca que "no puede dar ningún tipo de explicación a lo sucedido". Pero sí rechaza rotundamente que se tratase de un ataque premeditado o de que algún tipo de odio personal hacia Luis Alberto Tudela motivase la agresión con un machete, que dejó un imponente rastro de sangre a lo largo de varios metros en la calles Puerto de Leitariegos y Puerto de Pajares, cerca de los domicilios de la víctima y el agresor.

Si bien, el Cuerpo Nacional de Policía está investigando la procedencia del arma blanca que portaba David G. P. en el momento de su detención por parte de efectivos de la Policía Local. El detenido la podría haber adquirido hace días en alguna tienda de los alrededores, algo que están indagando los agentes encargados de la investigación.

En cualquier caso, David G. P. insistió en que no se acuerda de nada, así como en que nunca actuó con el ánimo personal de hacer daño al policía jubilado. Sin embargo, según fuentes policiales, el detenido exclamó en el momento de su detención que "quería matar a un policía".

Otra de las líneas manifestadas por el reo en su declaración judicial es la del arrepentimiento, aunque diga no acordarse de lo sucedido. De hecho, ayer ante el juez, deseó "una pronta recuperación" para Luis Alberto Tudela, manifestándose preocupado por su estado. "No comprendo lo que sucedió", expresó el joven detenido el martes en el barrio gijonés de El Polígono. David G. P. prestó ayer declaración en sede judicial después de no haberlo hecho en comisaría ante la Policía Nacional.

Problemas psiquiátricos

El abogado Luis Tuero incide en que su defendido sufre problemas psiquiátricos diagnosticados: esquizofrenia paranoide y trastornos disociativos de personalidad. Y en ello se basará gran parte de la línea argumental de la defensa. "Habrá que investigar sobre los hechos pero también sobre su situación mental", enfatiza el letrado, que podría pedir la realización de un examen psiquiátrico al presunto autor de la agresión a machetazos en El Polígono.

Según explicó Luis Tuero, el detenido lleva más de veinte años de tratamiento controlado por el centro de salud mental de El Coto y hay multitud de informes psiquiátricos sobre su situación, que incluso significó una baja laboral de su anterior oficio como soldador. Informes que utilizará el abogado para argumentar la supuesta enajenación de su defendido en el momento del ataque a machetazos que se le imputa.

Adicciones y descontrol

A los trastornos psiquiátricos diagnosticados, la defensa de David G. P. añade otros problemas. Según relata, desde el mes de diciembre sufre una "gran ." y su familia, "preocupada", intentó atajar la grave situación "acudiendo incluso a Proyecto Hombre, donde le dijeron que sus problemas no tenían mucho que ver con adicciones, sino que eran más bien problemas de salud mental".

Por ello, según narra el abogado del defendido, "acudieron a instituciones mentales donde solicitaron su internamiento, que no llegó por la lentitud de la burocracia".

A ello agrega que los problemas mentales del joven de El Polígono se podían ver agravados por "sus adicciones a las drogas y al alcohol". De hecho, David G. P. contó al juez que el mismo día del brutal ataque a Luis Alberto Tudela estuvo tomando bebidas alcohólicas.

"Declaró que no tenía nada en contra de la víctima, que no iba a por ella. Fue un hecho irracional, estaba fuera de sí en una fase de enajenación", señala Luis Tuero, que vuelve a insistir en la falta de recuerdos sobre los hechos en la mente del ahora encarcelado. Al parecer, recuerda el letrado, "últimamente sufre ausencias".

Según se desprende del relato que hizo ante el juez. David G. P. no recuerda nada de lo acontecido en la tarde del martes en la calle Puerto de Leitariegos. Dice no acordarse de que llevaba un machete, ni de qué ocurrió exactamente, así como no recuerda, según afirmó, lo que dijo a los vecinos o a la policía en el momento de su detención en la avenida de Portugal. "No entiende qué fue lo que sucedió", sentencia su abogado, que recalca que la Justicia deberá estudiar profusamente el estado mental del reo.