Han pasado veinticinco años desde que Mariemi, como se la conoce, fue galardonada con la Antena de Plata por su trayectoria profesional. Hoy, retirada de la radio, recuerda aquellos tiempos que han ocupado buena parte de su vida. Le tocó vivir grandes experiencias, como los cambios políticos y sociales, las transformaciones de Gijón, y el lento devenir de Radio Gijón hasta casi desaparecer. Mariemi es una mujer discreta que hoy disfruta de sus buenos recuerdos y de su familia.

-Dígame, ¿usted quién es?

-Nací en Sama de Langreo (1940), segunda de cinco hermanos, y la primera mujer. Me considero introvertida y tímida, alegre por periodos; trabajadora y medianamente ordenada. Soy una soltera convencida, pero disfruto de mis numerosos sobrinos.

-¿De pequeña qué quería ser?

-Médico, pero por diversas circunstancias no pude. Vine a vivir a Gijón cuando tenía ocho años, a casa de mis abuelos, e hice el Bachiller en el colegio de San Vicente. Luego me fui a Ávila para estudiar Magisterio.

-¿Ha ejercido de maestra?

-Di algunas clases, pero cuando estaba haciendo oposiciones, surgió el trabajo de la radio. Me contrataron en Radio Langreo, y un día me enteré que Radio Gijón convocaba pruebas para dos plazas, una de locutor y otra de locutora. Me presenté entre un montón de gente, pero la conseguí yo. Tenía buena voz, aunque lo más importante era saber leer de manera que no se notara que lo hacías. Era el año 1962, por tanto cumplí veintidós años dentro de la empresa.

-¿Y cuánto tiempo perteneció a ella?

- Hasta la jubilación, un poco anticipada por enfermedad.

-¿Fue feliz en dicha tarea?

-Mucho, me tocó vivir una época muy interesante: el nacimiento de la democracia.

-¿Cuál era su especialidad dentro de la radio?

-Los informativos, sobre todo los relacionados con los temas políticos y sociales. Pateé mucho la calle con el micro, y pude comprobar que la gente de Gijón sabe más de su ciudad que los propios políticos.

-¿A cuántos alcaldes conoció?

-A José Manuel Palacio y a Vicente Álvarez Areces. Aunque coincidí con los anteriores, los informes eran institucionales, así que la figura del alcalde era prácticamente inaccesible. Afortunadamente me llevé muy bien con los dos alcaldes, no soy persona conflictiva, siempre he mantenido excelente relación con mis compañeros de la radio y del resto de los medios.

- ¿Nunca le ha entrado la risa floja estando en antena?

-Si, muchas veces, pero se solucionaba bien, hacías una seña a control y cortaban. Con los ataques de tos ocurría lo mismo.

-¿Qué fue de Radio Gijón, EAJ 34?

-Se había creado en 1933, su primera emisión se realizó el 9 de diciembre de ese mismo año. Fue la única radio de Gijón hasta 1955, en que se adhirió a la Ser. Su capital era privado, siendo sus patrocinadores y fundadores Ramón Fernández, que era el dueño de Electra, una tienda de productos eléctricos en la calle Los Moros; Policarpo García y José María Álvarez, que ejerció de director hasta 1972; era una bellísima persona.

-¿Recuerda los programas estrella?

- Si, la "Discoteca del oyente" tuvo un gran éxito, la gente llamaba para pedir su disco favorito. Y "El día en Gijón" era muy seguido ya que informaba de todo los sucedido en la ciudad.

-¿Por qué se fue apagando la emisora?

-Perdimos localismo al mismo tiempo que se establecían otras cadenas en Gijón, como la Cope, Radio Minuto, la Ser, Onda Cero?

-¿A qué respondía el apellido de EAJ 34?

-La E, era de España, y AJ las siglas de la telegrafía sin hilos. El 34 correspondía a su orden de fundación, así, el 1 fue Radio Barcelona, el 2 Radio Madrid, el 3 radio Cádiz? Hasta llegar al 34 de Gijón.

-¿Usted que emisora escucha?

-Varias, la Ser, Onda Cero, y Radio Nacional. De vez en cuando, Punto Radio, me va la información en general.

-¿Piensa que la televisión es el enemigo de la radio?

-No, son compatibles y complementarias. La televisión te quita de hacer cosas y la radio no.

-¿Hace veinticinco años, la Antena de Plata, que supuso para usted?

-Una gran satisfacción, pero no la mayor; en la radio se vivían circunstancias muy gratificantes y otras difíciles. Cuesta trabajo dar malas noticias, no quisieras y se sufre. Recuerdo los conflictos de Naval Gijón; la lucha de aquellos hombres por conservar el empleo y los astilleros fue muy importante.

-Tendrá cientos de anécdotas?

-Sí, aunque me viene a la cabeza una que contaban los veteranos. El escándalo provocado entre los oyentes por emitir un anuncio de compresas; lo consideraron inmoral y algunos socios se dieron de baja.

- ¿Se ha jubilado usted con júbilo?

-No, porque me jubiló la enfermedad y fue muy dura, pero ahora estoy contenta, tengo tiempo para hacer las cosas que me gustan.

-¿Qué le gusta?

- Leer, salir con las amigas, viajar, pasear?

- Si volviera a empezar, ¿qué haría?

-Estudiaría periodismo para trabajar en prensa o en la radio; lo mío es la información.

- ¿Ha admirado a alguien, dentro de su sector?

- Sí, a Casimiro Álvarez en especial, una grandísima persona, excelente compañero y un profesional como la copa de un pino. Más que admiración le tengo cariño. Hubo mucha gente destacada en la radio, como Menchu Álvarez del Valle, Inés Turbón, Primitivo Luengo? Y otros que no recuerdo su nombre.

-¿Se considera usted gijonesa?

-Llevo desde los ocho años aquí, soy gijonesa. Me gusta mucho la ciudad, la gente. Es una sociedad muy abierta, muy participativa y agradable. Vivo en la zona de Poniente, casi encima de la playa. Recuerdo que al principio, la parte de atrás de mi casa era un desastre de vías, astilleros, barro, ruidos, la calle sin asfaltar? Y ahora la panorámica que ofrece es maravillosa.

-¿Ha ganado dinero en la radio?

-Tenía un sueldo normal, razonable como cualquier otro, pero la gente piensa que nos hacemos ricos, y no es así.

- ¿Tiene usted una filiación política?

-Sí, la siento por aquellos políticos locales que yo traté; los que pusieron en marcha la ciudad, esos son mis políticos. Y los concejales honrados y trabajadores.