Óscar García y Javier Gutiérrez entraron con buen pie en el recién estrenado 2017: con la satisfación del deber cumplido. Estos dos técnicos de ambulancia consiguieron con su diligencia -junto con la pericia de la médico Ana Belén Medina y la enfermera Yolanda García-, salvar la vida a Fernando García, el gijonés de 72 años que se atragantó con las uvas durante las campanadas de Nochevieja.

"Si no llegan en pocos minutos mi marido se me muere", rogó por teléfono al 112, asustada, la mujer de la víctima de un suceso que no pasó a mayores gracias a la intervención de los sanitarios. "En cuanto recibimos la llamada nos pusimos en marcha, como hacemos siempre. Se dieron circunstancias buenas: había poco tráfico y conseguimos llegar pronto", relata Óscar García, conductor de la ambulancia. La llamada de la mujer de Fernando García fue la primera de una larga noche. "La verdad es que no paramos hasta que acabamos el turno, sabíamos que la Nochevieja suele ser complicada y no nos dio tiempo a nada pero empezar salvándole la vida a una persona llena de satisfacción", sentencia García, haciendo hincapié en que a lo largo de sus 33 años de trabajo como conductor de ambulancias nunca había visto un paciente atragantado con una uva en Nochevieja.

Los sanitarios tardaron sólo seis minutos en llegar desde su puesto base al domicilio desde que les pidieron intervención urgente. Ellos mismos reconocían ayer que otras veces "no tenemos tanta suerte". "Para el que espera siempre tardamos mucho pero hay que tener en cuenta que llegamos cuando podemos. A veces hay un accidente en medio de una calle y pasamos nosotros, lo vemos y nos paramos en el mismo momento, aunque eso pasa en contadas ocasiones", explica Javier Guiterrez, que lleva tres años trabajando en una ambulancia. "Siempre quise dedicarme a esto y cuando pude me saqué la FP con tal fin", señala.

Gutierrez, García y sus compañeras del SAMU emplearon pocos segundos en evitar que Fernando García se ahogara. Le sacaron la uva con unas pinzas y le trasladaron al hospital de Cabueñes, en donde los médicos sometieron al paciente a varias pruebas para comprobar que el inesperado accidente no había generado otras complicaciones. "El trato fue exquisito", reconoció el propio García. "Que te reconozcan tu trabajo de vez en cuando también presta", agradece Javier Gutiérrez, quien reconoce que el año empezó para ellos "de la forma más feliz".