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El mayor acontecimiento cinematográfico del Principado

La deriva del Festival de Cine de Gijón

El certamen internacional sigue, después de meses de debates y del malogrado concurso, sin director, sin proyecto de futuro y sin saber dónde se celebrará

Nacho Carballo. ÁNGEL GONZÁLEZ

El Festival Internacional de Cine de Gijón (FICX) ha entrado, si no es que está inmerso ya, en una de esas derivas que exigen por parte de sus responsables algo más que una nota de prensa de cinco líneas y media. La montaña del concurso para elegir nuevo director ni siquiera ha parido un ratón. El consejo de administración de la empresa municipal Divertia, de la que depende el certamen cinematográfico de referencia del Principado, descartaba el pasado martes por unanimidad al último de los candidatos, Jaime Alonso de Linaje, con el argumento de que el proyecto de quien ha sido coordinador de la Seminci de Valladolid no responde al "giro" que se quiere dar a la cita.

Una decisión que no ha venido acompañada de las suficientes explicaciones sobre el futuro del FICX. ¿De qué giro hablan? Así las cosas, todo está en un "ya veremos", que decía el otro. Habrá pues que esperar a una "próxima reunión", de la que no se ha adelantado fecha, para que los gijoneses, los asturianos y los aficionados al cine puedan empezar a hacerse alguna idea sobre el futuro de uno de los cincos grandes festivales españoles. ¿Qué va a pasar con la quincuagésima quinta edición? Sólo sabemos que el gobierno local de Foro y el consejo de administración de Divertia tienen intención de que se celebre, aunque metidos ya en la harina de enero nadie ha dicho qué línea se quiere para el certamen, quién lo dirigirá y, ni siquiera, en qué lugar se celebrará. Como se sabe, los Cines Centro, que han sido sede habitual del FICX, están sujetos a una subasta. Así lo ha firmado la administración concursal, tras el cierre de las salas.

Meses de debate y continuamos a la espera de ver en qué dirección se quieren dar los "pasos" de los que habla la escueta nota de prensa de Divertia. Da la impresión, a veces, de que alguien necesita una brújula. Foro, que gobierna en minoría la mayor ciudad asturiana, optó por hacer caso a algunas de las fuerzas políticas que necesita para gobernar y convocó en septiembre del año pasado un concurso para cubrir la plaza de director del FICX.

Una salida calculadamente política. Con ella trataba de satisfacer a quienes pedían la cabeza del anterior responsable, Nacho Carballo, sin perder las formas y dejándole a este último la posibilidad de optar a la plaza. Las fuertes desviaciones presupuestarias al alza que firmó Carballo en dos ediciones sucesivas del FICX suministraron argumentos suficientes para que, pese a tener el apoyo de Foro, buena parte de la oposición exigiera su cabeza.

Y así lo hizo. Desde la izquierda hubo quien movió ficha para que Fran Gayo, que fue el principal programador del FICX durante algunos de los años en que lo dirigió José Luis Cienfuegos, volviera a Gijón después de su experiencia internacional con el BAFICI de Buenos de Aires. Esa alternativa se frustró por que los responsables culturales de Orense anduvieron más listos y contrataron al gijonés para su festival.

Foro no quiso aplicar a Carballo la amarga medicina que le recetó de un día para otro, y sin más explicaciones, a Cienfuegos. Éste, que lleva ahora las riendas del Festival de Sevilla y manejó las del de Gijón desde 1995 hasta principios de 2012, fue destituido de forma fulminante sin alegar una razón comprensible. Y después de darle al certamen su perfil de cita ineludible del cine independiente. Extrañamente, te pueden propinar la gran patada aunque hagas bien las cosas y tengas éxito.

Y de ahí que unos y otros se sacaran de la chistera municipal la idea del concurso. Así, hasta Carballo podía presentarse. Y con él ocho aspirantes más que se han ido quedando en el camino, uno tras otros por el contenido de unas bases en que el nivel certificado del inglés exigido a los candidatos ha causado estragos. Usted podía tener las ideas más brillantes para el FICX, además de una contrastada experiencia y un contundente currículum, pero si no aportaba un título de inglés B2, no tenía nada que hacer.

Así cayeron el propio Carballo, junto con Gonzalo de Pedro (programador de Locarno) y el mierense Jorge Rivero. Recursos, anuncios de que el comité seleccionador sería flexible al interpretar las bases... El PSOE e IU se desmarcaron de la convocatoria. Temían quemarse. El único grupo de la izquierda que siguió participando en las reuniones del consejo de administración de Divertia fue Xixón Sí Puede, la marca de Podemos.

Los socialistas no han dejado de acusar a Foro de convocar el malogrado concurso para eludir su responsabilidad. Quien gestiona la política cultural de Gijón debería nombrar a la persona que dirige el FICX. Es un planteamiento que se entiende, aunque quizás las cosas serían distintas si los resultados del proceso de selección no hubieran sido tan notablemente deprimentes.

Lo cierto es que el FICX (con Carballo también se ha ido el principal programador, Jorge Iván Argiz) tiene hoy un equipo que se reduce a dos personas: un ayudante de programación y un auxiliar administrativo. Urge ofrecer soluciones. Son necesarias por el bien de un festival internacional del que cada año disfrutan miles de personas. Y cuanto antes, mejor.

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