Esta mañana comienzan oficialmente las obras de remodelación integral de los soportales de Marqués de San Esteban, pero la polémica lleva servida varios días entre vecinos y comerciantes de esta céntrica calle. De una parte, aquellos que entienden que era vital que diese comienzo una intervención de mejora inaplazable; de otra, quienes ven en los siguientes meses de obra un engorro para su vida diaria.

"Las medidas que están tomando hasta el momento me parecen una auténtica salvajada", enfatizaba en la mañana de ayer Felipe Campo, vecino de la zona, "me parece absurdo cortar totalmente el paso a una zona de comercios y viviendas dentro de los soportales, obligando a los ciudadanos a transitar por fuera, llueva, nieve o truene". A Campo, le incomoda pensar "qué es lo que se va a hacer con la zona que rehabilitaron hace apenas un año, que tiene tramos que están ya desguazados, con cables de alta tensión al aire", lo que supone "un peligro flagrante". Sin embargo, el mayor problema que se le plantea a Campo es "la falta de información, nadie nos sabe decir nada, en el Ayuntamiento no aciertan a responder a nuestras preguntas".

La mayoría de los comerciantes se enteraron del comienzo de las obras cuando encontraron la zona vallada, por lo que describen Marqués de San Esteban como "un laboratorio de pruebas". La única información de la que disponen los afectados es una circular enviada por la Unión de Comerciantes con una nota informativa del consistorio, en la que se asegura que "la duración de las obras será de 5 meses, por lo que deberían estar finalizadas en el verano", dividida en 5 fases, de la más cercana al Museo del Ferrocarril hasta la más próxima a los Jardines de la Reina.

Esa es precisamente otra de las mayores suspicacias que levanta este proyecto: su duración. "Me parece muy positivo que realicen estas obras, es una zona que necesitaba de un arreglo", asevera Daniel Pérez, propietario de la cafetería Alter Ego, "pero solo espero que terminen rápido, que cumplan los plazos". Sobre todo porque su negocio hostelero se verá privado de la terraza de la que disponía "hasta verano, aunque es algo que ya esperábamos", afirma, para concluir que "es evidente que hay molestias, pero no todo va a ser poner pegas".

Resulta evidente que los comercios serán los que más sufran en este periodo. "Aún no sabemos cómo nos va a afectar todo", analiza María del Pilar Cajigal a las puertas de su peluquería, "únicamente nos avisaron de que se tapará la fachada y dejarán un paso para el público", lo que estiman un agravio ya que en otro tipo de locales se quejan de que perderán la capacidad de venta de su escaparate, con lo que temen que desciendan sus ingresos.

Los vecinos, por su parte, se muestran "encantados", como Isabel Velázquez, quien hace especial hincapié en la necesidad de que "no quiten plazas de aparcamiento, que ya vamos bastante justos". Por contra, según el texto informativo del ayuntamiento gijonés, "se verá afectada toda la línea de aparcamiento en cuanto vayan avanzando las obras", algo que de nuevo escama a los comerciantes que se preguntan qué ocurrirá con las zonas de carga y descarga.

Para Juan Lorenzo, "es algo que llevamos muchísimos años pidiéndolo, ya era hora que se pusieran con ello", analiza el vecino. "Veremos qué hacen al final, pero no vale protestar por protestar, si queremos que esté bien, habrá que arreglarlo", apuntilla.

La obra comprende una rehabilitación integral de la calle, lo que levanta ciertas suspicacias ya que los soportales son propiedad privada. El proyecto comprende la renovación de "toda la canalización", así como "toda la acera existente tanto dentro como fuera de los soportales", además de la "instalación de un techo acústico y colocación de unas lamas verticales", la "construcción de una nueva red de telecomunicaciones", "modificación de toda la iluminación" colocando luces LED en el falso techo y, por último, "renovación de toda la superficie de la calzada", según informó la Unión de Comerciantes.

De este modo, desde el consistorio se quiere dinamizar la zona, algo que "llevábamos mucho tiempo pidiendo", asevera Soledad Cuadrado, "es una pena que esto estuviera con tal estado de abandono", enfatiza, "tenemos una de las calles más guapas de Gijón, con gran cantidad de comercios y ambiente, a ver si así recupera su nivel".

El proyecto tantas veces aplazado se hace ahora realidad, pero esto no amaina las peticiones de los ciudadanos, quienes esperan con ansia ver el final de las obras para valorar si estas cumplen con las expectativas creadas.