José Luis Riesgo Menéndez, quien fuera presidente de la Caja Rural de Gijón durante 37 años, falleció ayer a la edad de 82, después de toda una vida dedicada a su pasión, el campo asturiano, y de una labor al frente de la entidad que sus allegados definen como "importantísima".

Riesgo, nacido en la parroquia rural gijonesa de Serín el 20 de octubre de 1934, estudió en la Escuela Nacional de Serín de los seis a los catorce años, y posteriormente, en la Escuela de Comercio de Gijón, donde obtuvo el título de profesor mercantil. Fueron años en los que hizo casi de todo, como él mismo relataba en una entrevista con motivo de su jubilación en el año 2008. "Trabajé en Garmoré desde 1957 hasta 1985, pero antes hice muchas cosas: anduve de casa en casa vendiendo insecticida para el escarabajo de la patata, también fui piñero, o sea, vendía piñas para encender las cocinas de carbón; también puse una escuela en un barrio de Serín, en el Gallinal; trabajé en la Azucarera de Veriña... Pero siempre me consideré vago, y es que prefiero un vago a uno de esos trabajadores 'feroces' que sólo piensan en trabajar, ya que si lo hace mal, menudo el estropicio, en cambio, el vago no estropea nada y discurre más", reconocía con desparpajo.

Además fue consejero de la Sociedad Regional de Promoción y presidente de la Cooperativa de Agricultores de Gijón entre 1971 y 1978; secretario de la Caja Rural de Gijón desde 1968 hasta 1971, y desde entonces y hasta el año 2008, su presidente. Una labor que el presidente actual, Jesús Fuentes, reconoce como "muy importante para el campo gijonés", habida cuenta de que era un gran conocedor del mismo y del tesón del que hacía gala en todo lo que se proponía. "Tenía una forma de ser que lo llevaba a defender a ultranza aquello en lo que creía", señalaba ayer Fuentes, quien convivió profesionalmente en la Caja Rural gijonesa con José Luis Riesgo durante muchos años.

"Hizo cosas muy buenas para la Caja Rural de Gijón, su labor fue muy positiva y tuvo iniciativas de mucha trascendencia", afirma Fuentes. Algunas no exentas de aventura, como aquella ocasión en la que fletó un avión para llevar a un centenar de ganaderos a conocer las granjas holandesas de vacas frisonas, que por aquel entonces empezaban a estar de moda. Fue entonces también, quizás gracias a su labor, cuando empezaron las importaciones de ejemplares de esta raza en Asturias y muchos ganaderos de leche cambiaron de ejemplares en sus cuadras.

Investigador con criterio

En otra ocasión lideró un proyecto para cruzar vacas de la raza limusina con frisonas, y se compraron mil dosis para la inseminación artificial de las reses asturianas. "Tenía un poco de investigador y mucho de buen criterio", sostiene Jesús Fuentes, quien ensalza sus virtudes al frente de una caja que, como el propio Riesgo comentaba a su jubilación, "era una miajina, por eso fui aprendiendo con ella, crecimos juntos; yo en el saber y ella en tamaño. Aprendí por el mero transcurso del tiempo", reconocía con humildad.

Los restos mortales de José Luis Riesgo serán incinerados en la intimidad familiar y el funeral por su eterno descanso se oficiará mañana lunes, a las cuatro y media de la tarde, en la iglesia parroquial de San Miguel de Serín. A continuación sus cenizas serán trasladadas al cementerio de dicha parroquia. La capilla ardiente ha quedado instalada en la sala velatorio "Los Tilos" del Tanatorio Jardín de Noega. Soltero, deja un hermano y varios sobrinos y primos.