Como bien sabéis, cada paisaje tiene sus colores, algunos verdes, otros azules? Empiezo a contar mi historia ya:
Había una vez, dos hermanas que eran gemelas. Las dos eran celiacas y alérgicas al pescado. Una era daltónica y la otra no. La niña daltónica se llamaba Perinquel y la otra niña, Anita.
Las dos sabían que: el color verde, significaba calma.
El rosa, representaba a las flores.
El azul, representaba al cielo y mar, y el marrón, montañas. Pero como Perinquel era daltónica, no entendía los paisajes. Intercambiaba el verde con el marrón y el rosa con el azul, es decir, para ella, el mar era rosa y, en un hospital siempre ponían color verde para calmarnos. Pero ella, lo veía marrón, por eso siempre estaba nerviosa. En cambio, su hermana, no se ponía nerviosa por nada del mundo, ¡ni antes de un examen en el que no te sabes nada!
Sus padres no lo aguantaban más: ¡esto era horrible! Anita, con todas las asignaturas suspensas y Perinquel, estresada todo el día y además, ¡tomando pastillas antiestrés!
A su padre se le ocurrió una idea: ¿por qué no vamos a ver al tío Henry? Él es brujo, sabrá qué hacer.
Y todos dijeron: "vale".
Cuando todos estaban en su tienda de magia, vieron a Henry. Éste les preguntó que qué querían. Todos contestaron:
"¡Queremos que a Perinquel le quite el daltonismo y que a Anita le dé sabiduría y le quite sus fantasías!". El mago les recetó una poción verde burbujeante. Ellas se la bebieron, ¡era asquerosa!
Las niñas se volvieron perfectas. ¡no tenían ni un fallo, sus cuerpos se volvieron totalmente cúbicos, parecían regalos de Navidad! No eran ni diabéticas, ni daltónicas, ni tenían alergia al pescado, pero sólo una cosa era rara. Percibían todo menos? ¡los colores de los paisajes! Inmediatamente volvieron con Henry. Era imposible vivir sin paisajes ni colores. Prácticamente al minuto siguiente volvieron a la normalidad. Estaba muy contentas, lo veían todo del color de rosa, como se suele decir, a pesar de ser celiacas, alérgicas y daltónicas. Feliz Navidad y hasta el año que viene.
