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Susana y Clara

Había una vez dos hermanas gemelas llamadas Susana y Clara. De aspecto físico se parecían bastante, pero de carácter no. Por ejemplo: Susana sueña con vivir en una mansión de súper lujo, pero Clara quiere ser mecánica de coches, por lo cual siempre juega en casa a repararlos. Un día, a Clara se le cayó una herramienta de cartón a una zarza de moras. Cuando clara cogió un palo cercano para alcanzarla, se resbaló en el barro y ? ¡Se cayó a las zarzas! Cuando llegó al final, vio un antiguo parque. En el parque sólo había un columpio, un tobogán (muy pequeño) y un antiguo carrusel o tiovivo. Para Clara, eso que estaba viendo era un tesoro. Estuvo dos horas en el parque: montándose en el carrusel, tirándose por el tobogán fingiendo que el suelo era lava y jugar con su amiga imaginaria en el columpio, hasta la hora de irse a casa. Al día siguiente, Clara se lo contó todo a su hermana gemela, que no se lo creyó.

Entonces Clara regresó, muy triste, al parque. Intentó jugar, pero no podía. Se sintió mal al no sentir la ayuda de su hermana, porque había oído ayer que iban a demoler el parque para construir un aparcamiento. De repente, vio que ? ¡su casa estaba ardiendo! Corrió rápidamente hacia allí para salvar a su hermana. En ese momento, Susana estaba atrapada bajo dos o tres tablones de madera. Fue cuando entonces se empezó a arrepentir de haberle dicho eso a Clara. Pero en el fondo sabía que iba a venir para rescatarla. Clara estaba corriendo tan rápido que casi no le rozaban los pies en el suelo. Cuando llegó a casa, Susana estaba en la terraza. Clara fue como un volador para ayudarla. Los tablones eran muy pesados, pero Clara pudo levantarlos. Entonces, Susana llamó a los bomberos y las dos gemelas se abrazaron y, desde ahora las dos viven en una mansión de superlujo (el sueño de Susana) y trabajan los martes ejerciendo de mecánicas. Y vivieron felices y comieron perdices.

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