Llegó a Cantabria en 2005 proveniente de Deva, una localidad de 69.257 habitantes situada en la región de Transilvania, en Rumanía. Allí le recomendaron Asturias como un lugar próspero y mejor tierra para ganarse la vida. Julián Gabriel Neagu, de 36 años, hizo caso del consejo y se asentó en el Principado, encontró trabajo y aprovechó el tiempo. Al punto de editar, en compañía de su amigo Juanito, una guía de ocio familiar para hacer en la región titulada "Planes con niños en invierno".

Desde su asentamiento en Gijón no dudó en descubrir los paisajes asturianos para conformar ahora una hoja de ruta para padres y madres que, como él, no saben muchas veces qué hacer con sus hijos los días de lluvia. "Más aquí, que llueve casi 200 días al año", matiza. "Necesitamos muchos espacios protegidos que ofrezcan actividades para los pequeños, sitios donde pasar tardes agradables en familia y así disfrutar los fines de semana", asegura Neagu, que ayer dio a conocer en la Librería Central.

Esta pasión por el ocio y por descubrir rincones para visitar le viene de lejos. En su país natal, en Transilvania, hacía las veces de guía turístico e intérprete pero, como "no se puede vivir con 250 euros al mes", cambió escenarios como el Castillo de Drácula, la Cascada Bigar o el Cementerio alegre y ortodoxo con más de 800 cruces pintadas por los fogones de un chigre en Gijón. De la carne de oso y el sarmale (rollitos de carne picada envueltos en hojas de viña o repollo, macerados) pasó a la fabada, pero siempre con su país en la mente.

Al llegar a España, "maravillosa, civilizada, moderna y muy adelantada a nosotros", se dio de bruces contra la realidad. "Tenemos muy mala fama, no me sorprende, pero me he propuesto que se tenga otra visión de Rumanía, acercar mi país a los asturianos y enseñarles la otra cara", defiende Negau que además de la rama literaria también expone fotografías para acercar posturas entre sus dos vidas.