"Lambchop" -traducido chuleta de cordero- no es grupo conocido ni reconocible por el gran público -de ahí que no más de trescientas personas se dieran cita ayer en el teatro de la Laboral-; pero la banda que lidera un iconoclasta Kurt Wagner se ha convertido en los últimos años en una de las referencias de la música norteamericana. O sea, que merecía menos calvas en el patio de butacas.

Esta formación musical veterana procedente de Nashville (Tennessee), la "music city USA", nacida en 1986 con el nombre original de Posterchild, no es fácil de encuadrar. Vinculada al country alternativo, su último álbum "Flotus", que centró buena parte del concierto de anoche en Gijón, mezcla sonidos contemporáneos y digitales con influencias del rhythm and blues, el soul e incluso el hip hop.

Realmente estos "Lampchop" resultan difícil de clasificar. En Gijón ofrecieron su imagen más intimista, mezcla de sonido de piano, batería y bajocon bases y teclados, con samplers de voz. Todo muy cálido y muy calmado, con una música cuidada en detalles para crear una atmósfera sugerente.

De hecho, las canciones escuchadas ayer de "Flotus", acrónimo de " First Lady of the United States" (Primera Dama de los Estados Unidos) son complejas, de cambio, como "In care of 8675309" o "The Hustle", "Old Master" o "JFK".

El portal musical Allmusic ha definido a esta banda como "posiblemente el único y más consistentemente brillante grupo estadounidense surgido en los años noventa". Tal vez sea una exageración, pero les precedía su fama y una exitosa gira por España y de seguro que a sus seguidores, aunque pocos, no defraudaron.