Gijón se sumó ayer a la celebración del Año Nuevo Chino que millones de orientales celebraron al unísono por todo el mundo. Ni uvas como en España ni lentejas como en Italia, la propuesta China se fraguó a base de colorido con exhibiciones de bailes y artes marciales como wushu, taiji y qigong, magia, canciones y poemas ante un público familiar que llenó en salón de actos del Centro Municipal Integrado de Pumarín Gijón-Sur.

La velada para dar la bienvenida al año del gallo de fuego comenzó pasadas las ocho y veinte con espectáculo a cargo de los alumnos de la escuela "YinYang" Asturias liderados por los profesores Eloy Niño y Adolfo Ropero Secades. Piruetas, baile y concentración que hicieron las delicias de los más pequeños gracias a esta compañía que comenzó a instruirse en estas disciplinas como el wushu y el qigong a raíz de las películas de Kung-fu de Jackie Chan.

Después de la exhibición, donde no faltó la aparición de un dragón, llegó el turno para la magia que dejó boquiabiertos a todos los presentes merced a varios trucos cargados de humor amarillo. También hubo música, la de Antonio y su hija, y de varios niños (de la academia Habla Chino, organizadora del evento) que cantaron y recitaron poemas. Tras el show tuvo lugar un sorteo de regalos provenientes de los distintos bazares orientales que gestionan en la ciudad quienes ayer comenzaron un año nuevo, el del gallo.