Ecologistas en Acción aboga por revisar las autorizaciones ambientales de todas las instalaciones de Arcelor Mittal en Gijón y Avilés ante el proyecto de la siderúrgica para reabrir las baterías de coque de Gijón. El grupo ecologista también reclama al Principado que a cambio de autorizar la nueva instalación, exija a Arcelor Mittal que reduzca la contaminación de los hornos altos y los sínter "de donde proceden las emisiones atmosféricas más importantes y por tanto la mayor parte de los contaminantes, en especial algunos metales pesados, dioxinas y furanos", un tipo de contaminación muy nociva para la salud.

Esa es la propuesta de mínimos que plantea Ecologistas en Acción, que no obstante señala que se debe contemplar la "alternativa cero", esto es, no construir las baterías, dado que existen procedimientos de fabricación de acero alternativos: la tecnología de reducción directa o de fase líquida en la que el mineral de hierro no necesita ser sinterizado ni se utiliza coque. Ecologistas en Acción asume que a corto plazo ese tipo de producción menos contaminante es incompatible con la factoría gijonesa, dado que no se puede realizar en hornos altos, sino en otro tipo de instalación. Aún así, el grupo ecologista sostiene que ese tipo de fabricación de acero debe ser el objetivo "a medio y largo plazo".

Las alegaciones de Ecologistas en Acción incluyen las mismas cuestiones que plantea la Plataforma contra la Contaminación en Gijón respecto a que es posible construir unas baterías completamente nuevas, en vez de reconstruir las cerradas en 2013 y cuestiona el estudio ambiental encargado por la siderúrgica.

Además, incluyen otras cuestiones, como contemplar la "alternativa cero" y la eliminación de la contaminación por metales pesados, dioxinas y furanos. También apunta que el año pasado ya venció el plazo para que el Principado adecuara la autorización ambiental de las factorías de Arcelor en Asturias a la normativa europea. Ecologistas en Acción aboga, por otro lado, porque tras el cierre de las baterías de Avilés, el edificio se conserve como patrimonio industrial, siguiendo el ejemplo de la ciudad alemana de Essen.