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La asfixia de Laboral Centro de Arte

El recorte de horarios de apertura al público de la instalación de Cabueñes obliga a replantear un proyecto del que se ha ido marchando la iniciativa privada

Instalaciones de Laboral Centro de Arte, en Cabueñes, ayer, reflejadas en un espejo. ÁNGEL GONZÁLEZ

Tras una década de debates -en su mayoría estériles al estar lastrados por el frentismo político o una muy provinciana manera de entender qué ha de ser la cultura asturiana-, Laboral Centro de Arte y Creación Industrial (es su largo nombre) afronta el que quizás sea su momento existencial más complicado. Y no tanto por el notable recorte de los horarios de apertura al público de la zona expositiva de las instalaciones de Cabueñes, como por lo que parece revelar esa medida adoptada por Fundación Laboral el pasado 30 diciembre. Su patronato, que preside el viceconsejero de Cultura del Principado, Vicente Domínguez, se cuidó de no trasladar a los asturianos por los medios habituales (la acostumbrada nota de prensa) los contenidos de aquella reunión.

Como a bajamar todo aparece, según sostiene el dicho gijonés, hay quien lamenta ahora que, tras aquella reunión, no se hubiera explicado convenientemente a los asturianos (los que aportan, al fin y al cabo, buena parte del dinero del Centro de Arte), una medida que no es insólita en el panorama cultural español y que hasta puede estar justificada ante la importante caída de recursos económicos que viene sufriendo la institución desde los años duros de la última crisis económica. ¿Para qué tener abierto tantos días y meses al año un gran espacio de 14.000 metros cuadrados cuyo número de visitantes es hoy un 80 por ciento inferior al de su primer año de funcionamiento? En privado, hay quien confiesa: "La verdad es que no hemos sabido gestionar bien el asunto".

Todo esto, en realidad, no es más que la punta del iceberg. El Centro de Arte sigue con las actividades de sus talleres, sus residencias artísticas y las visitas escolares. Hace tiempo que las exposiciones, tan deslumbrantes en los primeros años, han ido decayendo. Mantiene, no obstante, un justificado prestigio nacional e internacional debido a su planteamiento de fondo (la atención a la creación contemporánea relacionada con las nuevas tecnologías) y a los proyectos europeos que lidera. Un ejemplo: Laboral es el único equipamiento asturiano que aparece en el "Observatorio de la Cultura" que elabora Fundación Contemporánea. Y si el Principado y Gijón están en los diez primeros puestos del listado de innovación y calidad cultural, según el último "barómetro anual", es por lo que se hace en las instalaciones de Cabueñes.

Lo que subyace a esas reducciones de horarios (el edificio cerrará al público lunes, martes y domingo, además de los meses de enero, febrero y septiembre) es la necesidad urgente de ajustar los dineros a un presupuesto menguante. "Son medidas de contención del gasto", ha dicho la directora gerente, Lucía García. La idea es evitar el cierre por la creciente asfixia económica, según han explicado las fuentes consultadas, y darse tiempo a la espera de una mejora en los ingresos a través de fuentes europeas y privadas. El consejero de la Presidencia del Gobierno asturiano, Guillermo Martínez, manifestó ayer que el compromiso del Principado, de quien depende el Centro de Arte, se "demuestra" por la aportación anual de 600.000 euros. Añadió que la medida de recorte de horarios se ha aprobado para que tenga la menor repercusión posible.

El próximo 30 de marzo se cumplirán diez años de la inauguración de las instalaciones de Cabueñes. Abrió con una vocación internacional, una directora muy conocida por sus muchos años al frente de la feria Arco (Rosina Gómez Baeza) y un presupuesto fijo de 3,8 millones. El Centro de Arte se hizo en los talleres de la antigua Universidad Laboral, complemento de Laboral Ciudad de la Cultura pero con total independencia. Ha sido uno de los proyectos más queridos del entonces presidente asturiano, Vicente Álvarez Areces, y de su principal escudero cultural, Jorge Fernández León.

Fue una iniciativa mimada desde su nacimiento y en un tiempo en el que la Administración podía dedicar importantes recursos a algo así, con escasos precedentes en España y en Europa. El equipo de Areces tuvo la habilidad, además, de implicar en la financiación del Centro de Arte a algunas de las grandes empresas asturianas, y hasta a la Autoridad Portuaria de Gijón. Las empresas llegaron a hacer aportaciones que iban de los 180.000 a los 300.000 euros. Unos ingresos extraordinarios que dieron una considerable dimensión económica a Laboral. Por esa vía, ingresaba en el 2008 casi un millón de euros, mientras que en el ejercicio de 2014 fueron sólo 200.000. Aunque todavía se mantiene alguna de esas dádivas, el dinero privado ha ido retirándose. También se ha perdido la contribución del Ministerio de Cultura. De ahí que se hable tanto, desde hace años, de la necesidad de "redimensionar" el proyecto.

Ese ajuste viene haciéndose, en realidad, desde los días del último Ejecutivo que presidió Areces y en los diez meses del Gobierno de Foro, hasta mayo de 2012. Hay quien afirma que con la llegada de Vicente Domínguez a la Viceconsejería de Cultura, hay una mayor apuesta por el avilesino Centro Niemeyer que por Laboral. Lo cierto, sin embargo, es que esa partida regional de 600.000 euros se ha mantenido.

La diferencia notable es que, mientras el Ayuntamiento de Avilés concede 300.000 euros para las actividades del Niemeyer, el de Gijón pone 20.000 para las cuentas del Centro de Arte. Estas instalaciones han tenido un presupuesto cercano, en el último año, al millón y medio de euros. No se han explicado las previsiones para 2017, aunque la política de personal seguida por el patronato de Fundación Laboral (el despido de siete trabajadores que han denunciado judicialmente irregularidades, con sentencia favorable en primera instancia) puede obligar a detraer recursos económicos de su menguado presupuesto para pagar indemnizaciones. Laboral Centro de Arte necesita con urgencia un plan económico realista. Y que se vuelva a definir con claridad un proyecto cultural que ha ido difuminándose poco a poco.

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