La Audiencia Provincial condenó esta mañana a cinco años de prisión al hombre acusado de intentar matar a puñaladas al camarero de una sidrería de Nuevo Gijón. El propio imputado aceptó la condena después de que la Fiscalía rebajara los diez años de privación de libertad que solicitaba en un primer momento. La representante del Ministerio Público admitió incorporar en la sentencia un atenuante por tener el acusado las facultades mentales dañadas por su adicción a los estupefacientes y al alcohol.

Los hechos que ahora se acaban de clarificar en sede judicial tuvieron lugar a las seis de la tarde del 3 de enero del pasado año 2016. El procesado se acercó a su víctima, de 19 años, en las inmediaciones del local de hostelería situado en la calle Sierra del Sueve. A pesar de que el agresor no conocía de nada a su víctima el hombre le cortó el paso y le asestó un primer golpe en el estómago sin previo aviso. Después le dio una puñalada en el pecho mientras le increpaba: "¿Qué? ¿Te dolió? Pues pírate".

Tras la agresión el imputado abandonó el lugar de los hechos. El herido, por su parte, siguió su camino unos metros, hasta que se dio cuenta "de que se le humedecía la ropa y tenía una herida en el pecho" resultante de la puñalada que el ahora procesado le había dado "con ánimo homicida", según el fiscal.

El Ministerio Público aseguraba en su escrito de conclusiones provisionales ahora aceptado por la defensa que el acusado llevaba el arma oculta en la mano por lo que el herido "no pudo apercibirse de la agresión ni intentar defensa alguna ante el inopinado ataque recibido". El joven camarero permaneció tres días ingresado en un centro hospitalario, en el que tuvo que ser intervenido de urgencia. A día de hoy el joven gijonés aún tiene una cicatriz de dos centímetros como secuela de lo sucedido.

Además de la pena de cárcel el reo ha aceptado la imposición de una orden de alejamiento que impida al reo acercarse a su víctima o tener cualquier contacto con el joven durante los próximos seis años.