La inquietud social de un grupo de jóvenes ha llevado a la fundación de una asociación con cada vez más empuje. "Barrios Solidarios" nació el pasado mes de agosto y ya cuenta con más de 70 usuarios y 20 monitores voluntarios para desarrollar las actividades de la entidad, volcada en los niños, la juventud y las personas mayores. Ayer estrenaron sede en el centro, y se confiesan "desbordados" por la cantidad de ayuda que están recibiendo desde el barrio.

Todo nació de un grupo de teatro, "Rompiendo Tarima", que después de quedarse sin local se trasladó al Polígono para seguir con sus actividades. "Nos llegaron hasta 25 chavales del barrio interesados en participar con nosotros en el teatro, y empezamos a detectar entre los niños muchas necesidades alimenticias, económicas y de oferta de ocio", señala Javier Suárez, presidente de la asociación. Por eso de grupo de teatro pasaron a constituirse formalmente como un punto de encuentro para la juventud con necesidades, y a finales de verano decidieron dar el salto a su actual sede, en la calle Ruiz Gómez número 14. Desde ella "trabajamos principalmente con jóvenes y adolescentes que tienen algún tipo de problema, económico social o psicológico", explica Suárez.

De hecho la asociación funciona como "centro de día" al que acuden en horario de tarde, de lunes a viernes, muchos niños derivados desde los centros escolares o de salud para desarrollar actividades que les sirvan de terapia de integración. Cuentan ya con usuarios con autismo, problema de timidez y socialización o adicciones a los videojuegos con los que han organizado talleres de teatro, música y juegos alternativos. A ellos se suman "otras personas que disfrutan de nuestras actividades sociales y deportivas, también en horario de mañana", apuntan los responsables del colectivo. Así, una veintena de usuarios participa en talleres de boxeo, taichi, judo, yoga, fútbol y baloncesto, "gracias al altruismo de nuestros colaboradores", apostillan.

Porque cuentan con el apoyo de una amplia red de voluntarios, "incluso de gente del barrio que se nos ofrece altruistamente a ayudarnos", indica el secretario, Diego Villamil. "Nos han llegado a dejar muebles de regalo a la puerta", asegura.

Del mismo modo, están en contacto con otras entidades de la ciudad como Mar de Niebla y Abierto Hasta el Amanecer para organizar actividades como "el trabajo antibullying en los colegios", o la celebración de nuevos talleres para personas mayores, de manera que puedan encontrar en su centro un espacio para compartir tiempo y aficiones. "Nos sentimos muy arropados, estamos encantados con la acogida que nos han dado", afirman.