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JULIA NAVAS MORENO | Escritora y poeta, acaba de publicar "Ombligos y universos"

"La verdad es que ahora me entra cierto miedo si llevo un par de días sin escribir"

"Soy una persona mirona que puede hacer un poema de cualquier cosa que vea, aunque luego parezca que el asunto me ocurrió a mí"

Julia Navas Moreno. LNE

En apenas tres años ha publicado una novela ("Esperando a Darian") y dos libros de poemas, el último "Ombligos y universos" (Canalla Ediciones), que tiene previsto presentar mañana, lunes (20,00 horas), en el Club LA NUEVA ESPAÑA de Gijón. El caso de Julia Navas Moreno es un ejemplo de recobrada pasión por la literatura. Empezó a escribir siendo aún muy joven. Tenía una prometedora carrera avalada por algunos premios juveniles. Pero durante años aparcó inexplicablemente aquel amor por las letras. según explica en esta entrevista. Avilesina de 1966, vive en Gijón desde los veintitrés años. Es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Oviedo, aunque lo que de verdad le interesa es la poesía, la prosa de ficción los relatos...

-¿Qué encuentra el lector en "Ombligos y universos?

-Después de terminar mi primer poemario, me apetecía hacer algo más unitario, con un hilo conductor y más compacto. El anterior, "Confieso que he perdido el miedo" es un libro en el que fui metiendo lo que tenía. Y, pasado el tiempo, me he dado cuenta de que, quizás, hay poemas ahí que no debería haber incluido. Los incluí por el entusiasmo de publicar. Este otro creo que es más contundente y que es el resultado de lo que anuncian algunos poemas del primero. Aquí hablo desde la intimidad, pero mirando a los demás.

- ¿"Confieso que he perdido el miedo" se puede ver como una antología de su obra anterior?

-No. Empecé con un tono más lírico que se fue haciendo más preciso con el paso del tiempo. El problema es que estuve treinta años sin escribir.

-¿Y por qué tanto tiempo?

-Le doy vueltas y encuentro varias razones. La primera es que la escritura era para mí algo casi convulsivo; me agarra y no me suelta. Tenía una novela juvenil y había ganado varios concursos. Después me llevó la vida, los hijos. Intentaba escribir y no podía, así que me dije: "se acabó". Hace tres años y medio, envié una carta a "El País Semanal" y me la publicaron, y así algunas más. Eso me animó y me puse con la novela ("Esperando a Darian"). Cuando me di cuenta, estaba escribiendo tanto como cuando empecé. A veces me siento como secuestrada.

-¿A qué se refiere?

-Sí, secuestrada por esta pasión por la literatura, por la escritura. Fue acabar "Esperando a Darian" y empezar otra novela, además de varios relatos.

-¿Lo de ser madre tuvo que ver con su decisión de dejar de escribir?

-No, al contrario. De hecho, tuve gemelos tarde y fue algo me que dio mucha fuerza. Los cuidaba y fue en algunos de aquellos ratos, cuando los atendía, cuando volví a la escritura. Cuando eres madre de gemelos a los cuarenta años pasan dos cosas: sobrevives y sales a flote o te hundes.

-Le gustaba la literatura, pero estudió Historia del Arte...

-Lo que yo quería estudiar era Periodismo. Al acabar COU (Curso de Orientación Universitaria) tenía ya piso buscado en Madrid, pero conocí a mi marido y me independicé pronto para irme con él. Estudié Historia del Arte, pero no tenía demasiada vocación docente.

-Y en esa vuelta a la escritura, ¿empezó por la novela o con los poemas?

-Surgieron a la vez. Empecé escribiendo unos relatos, y después surgieron los poemas y la novela. Unas cosas y otras se entrelazaron.

-¿Y qué es "Esperando a Darian"?

-Me resulta muy difícil hablar de lo que escribo. Ha ido muy bien. Es la percepción que me llega de los lectores.

-Por lo que cuenta, tiene ya escrita otra...

-Esta segunda está mucho más corregida que la anterior, pero me siento más insegura.

-Dicen, quienes han pasado por esa experiencia, que la segunda novela es siempre la más difícil...

-Creo que está mejor escrita pero tengo miedo a que no tenga la frescura de "Esperando a Darian", que está ambientada en los Balcanes, en la antigua Yugoslavia, durante la primera guerra.

-¿Y qué prefiere la poesía o la prosa de ficción?

-Después de escribir tanta poesía últimamente, me siento con ganas de volver a la prosa. Me encuentro bien en los dos géneros. Me digo que la narrativa es como alimentarme y la poesía es como tomar uno de esos cafés que tanto prestan. Las dos cosas.

-Me ha llamado la atención el título de su primer libro de poemas. ¿A qué tenía miedo?

-Es un poemario muy intimista. Conocí a mi marido y me encerré en casa, así que, cuando volví a escribir, fue como si estuviera de nuevo buscando mi camino. Me costó. Es el título de mi blog y hay también un guiño al libro de las memorias de (Pablo) Neruda. Son cosas que pasan a mí y que, por lo me que dicen, han llegado a las lectoras. Tiene que ver con mi generación.

-¿Su poesía es muy biográfica?

-En la novela te inventas personajes y hay más imaginación. La poesía tiene más que ver con lo que le pasa a uno. Creo que tengo sentido del humor y una cierta mordacidad, pero hay poemas que tienen que ver con los demás. Soy una persona mirona que puede hacer un poema de cualquier cosa, aunque luego parezca que me ocurrió a mí.

-¿Y qué tipo de poesía le interesa como lectora?

-Era una gran lectora de novela. Al estudiar la carrera, me enganché a la realidad. Leí a los poetas clásicos, pero cuando volví a la escritura descubrí a autores que no conocía y que me interesan mucho, como David González, o la poesía de algunas mujeres, como la que escribe Berta Piñán. Me ha gusta ir a las presentaciones de libros y ver lo que escribe también la gente joven.

-¿Y, además, de corregir esa nueva novela, qué está escribiendo ahora?

-Con varias cosas. La verdad es que ahora, cuando estoy dos o tres días sin escribir nada, me entra un cierto miedo.

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