"Puro Soto en concierto" es el reclamo de la actuación que ofrecerá este sábado el cantante sevillano José Manuel Soto en la Sala Acapulco a partir de las 22.00 horas. Después de 20 discos y tres décadas en los escenarios, su rumba romántica sigue contando con un buen puñado de fieles. Soto, personaje televisivo y taurino, quiere trasladar esa buena acogida que tiene en el sur de generación en generación al público joven del norte.
-¿Qué ofrecerá en su concierto de este sábado en Gijón?
-Repasaré una parte de mi repertorio, porque recordar mis 20 discos es imposible. Habrá unas 20 canciones representativas y alguna adaptación. Habrá también un espacio para la diversión y la sorpresa. Y hay unas cuantas canciones que la gente siempre las pide como "Por ella" o "Déjate querer" y las canto encantado, pero en 20 discos hay muchas canciones y muy interesantes.
-¿Sigue manteniendo su estilo con el paso de los años?
-Mi evolución musical ha sido en función de lo que me ha ido pidiendo el cuerpo en cada momento. Tengo un estilo muy definido, con un aire del sur, pero siempre me ha gustado ir cambiado cosas y dejándome llevar.
-¿Cómo ha evolucionado su canción ligera y rumba?
-De joven cantaba cosas muy apasionadas, y ahora que soy más viejo soy más reflexivo y canto con más serenidad y mejor. Con los años se aprende el oficio y se gana en seguridad y experiencia. Se disfruta todo mucho más.
-¿Su público ha ido rejuveneciendo con el paso de los años o mantiene sus seguidores fieles de toda la vida?
-Depende de la zona. En Andalucía, que es donde más seguidores tengo, la gente le ha transmitido a sus hijos esta afición. Y cuando voy a tocar tengo mucha gente joven. Pero en el norte no suele pasar esto: a la generación siguiente no le ha llegado mi onda.
-Un artista del sur, ¿cómo se encuentra en el norte?
-En Asturias siempre me lo he pasado muy bien. En mis comienzos iba mucho a cantar a las fiestas de verano. Aunque debería haber actuado más. Pero he visitado mucho más Asturias de ocio que de trabajo, al ir de excursión y de viajes de senderismo y bici.
-Hablaba antes de sus veinte discos. ¿Con cuál de ellos se queda?
-El último porque ha sido un disco en directo, que he hecho en un concierto en Sevilla por mis 30 años de trayectoria, y para mi gusto tiene un sonido espectacular.
-¿Cómo ve la industria musical actual?
-Lo básico no ha cambiado. El contacto con el público y el escenario sigue siendo igual. Cambia el formato, ya que antes se basaba todo en el disco y ahora prácticamente ha desaparecido. Ahora hay que trabajar el doble para ganar la mitad y echarle mucha más imaginación. Internet ha hecho mucho daño a la industria, pero por otro lado es un instrumento muy potente para dar a conocer ciertas cosas. Hay que saber adaptarse a los tiempos. Los que empiezan se pueden dar a conocer en cualquier rincón del mundo gracias a internet.
-Precisamente dos de esos nuevos artistas son sus hijos, Marcos y Jaime. Cuando le dijeron que iban a lanzarse al mercado musical, ¿les animó o como muchos padres no quiso que se metieran en su mismo mundo?
-Ha sido una cuestión muy natural. No me he esforzado nada. Ellos al principio no lo tenían nada claro, pero al final se juntaron los dos, en un dúo con mucho talento, energía y simpatía. Espero que les vaya muy bien. La clave es que sepan elegir bien los compañeros de viaje para que les ayuden.
-Ha hecho muchas incursiones en el mundo televisivo. ¿Le molesta que haya que pueda reconocerle antes por eso que por su larga trayectoria musical?
-A los artistas nos hace falta la televisión porque nos da una cercanía y una popularidad con el público. La tele siempre me ha ayudado mucho en mi carrera.
-¿En qué programa se lo ha pasado mejor?
-En "La selva de los famosos". Fue una experiencia divertida, adelgacé mucho, llegué hasta el final, gané un dinerito, y me dio la oportunidad de que el público me viese en un registro distinto. La gente aún me lo recuerda.
-Ahora que se acerca el Carnaval de Cádiz, ¿cómo fue su experiencia con "Los Morancos" en una chirigota?
-Son muy amigos de toda la vida, y un año hicimos una chirigota y concursamos, que es una aventura muy complicada, y que requiere una entrega muy grande. Nunca ensayé tanto como para eso. El Carnaval de Cádiz es algo muy especial, divertido, gamberro y emotivo. Es una experiencia realmente excitante en todos los sentidos.
-Usted es aficionado a los toros, ¿lamenta que tengan fecha de caducidad y que su final está más cerca que lejos?
-Es una pena, es un mundo que se acaba, y es un mundo my hermoso. Soy muy aficionado porque conozco el mundo de la fiesta desde dentro, desde el campo, y en Sevilla hay mucha gente que se dedica a criar el toro bravo, que se cría solo para las corridas. Si no hubiera corridas no existirían. Cada vez hay menos ganaderías y festejos. Son los signos de los tiempos, por un lado los puede entender, pero se le ha vuelto la espalda a un tema muy hermoso y que ha creado mucha belleza y arte.
