Degustar en un mismo menú especialidades asiáticas, francesas, británicas y alemanas no suele resultar fácil. Pero en la Escuela de Hostelería lo han logrado, un año más, en la colaboración que vienen manteniendo con la Escuela Oficial de Idiomas de Gijón: un plato por idioma que se imparte en el centro.

Todo ello, convenientemente guisado y sazonado se convierte estos días en unas sabrosas jornadas gastronómicas que consiguen concentrar, a un precio de 10 euros el menú, las especialidades más representativas de cada país. "Cada año presentamos diversas propuestas y procuramos hacer platos diferentes, mezclando cosas de cada cocina", relata el profesor de la Escuela de Hostelería Alberto Villacampa, encargado de supervisar la elaboración de las exquisiteces de ayer: juliana de hortalizas con tofu y fideos, matelote de congrio, pierna de cordero al aroma de menta y salsa cumberland y tarta Selva Negra para el postre.

Todos los platos fueron elaborados desde primera hora de la mañana por los alumnos de primer curso del grado medio de Cocina y Gastronomía, con el apoyo de los estudiantes de repostería y los de Servicios de Restauración, encargados de poner la mesa y servir a los comensales en inglés, como parte del ejercicio práctico.

Se trata, como indica la directora del centro, María José Fernández, de "una forma de ampliar conocimientos y de completar la práctica", toda vez que los alumnos tienen en sus estudios asignaturas de cocina internacional. Y la de estos días, hasta mañana viernes, es una buena oportunidad para poner sobre el mantel lo que se estudia entre fogones.

Se trata, a pesar de lo exótico del enunciado, de "platos de elaboración más o menos sencilla", explica Alberto Villacampa, quien defiende que "nada como la cocina española en cuanto a complejidad y elaboración". Y eso que ayer los estudiantes tuvieron que aplicarse en una salsa oscura con fondo de chocolate y vino tinto para acompañar el pescado al estilo francés, o en el salteado de verduras y tofu asiático para ir abriendo boca.

Para hoy el menú se compone de ensalada Waldorf y empanadillas chinas al vapor con vinagreta de soja, arenque frito con avena y salsa de mostaza, blanqueta de ternera a la antigua y trifle de postre. Y mañana, jornada final de la sesión gastronómica mundial, los asistentes podrán degustar Chun Juan, velouté Dieppoise, sauerbraten y apple crumble. O lo que es lo mismo: rollitos de primavera, crema de pescado, asado de carne y pastel de manzana. Para chuparse los dedos en varios idiomas.