Si la regasificadora centró la parte inicial del debate plenario de ayer, el Jardín Botánico acaparó el interés del tramo final de las largas cuatro horas de sesión. Ciudadanos y PSOE optaron por unificar en una misma propuesta las dos iniciativas que presentaban sobre este tema. Tres eran las ideas que llevaban a la consideración de la Corporación: suscribir cuanto antes el convenio entre Ayuntamiento y Universidad que garantizase la continuidad de la actividad científica en el Botánico; exigir del gobierno local de Foro respeto a la autonomía de la Universidad para nombrar a los miembros de ese equipo científico; y nombrar un gestor para el equipamiento.

No hubo que esperar a la votación para tener garantizado el cumplimiento del mandato. En su intervención, el forista Jesús Martínez Salvador, responsable del equipamiento como presidente de Divertia, adelantó que "ya hay un convenio consensuado con la Universidad en este tema que se firmará próximamente, la Universidad designará al equipo y habrá un coordinador del Botánico, que no podrá ser un directivo por las limitaciones legales de la clasificación de las empresas municipales". Ni estas ni otras explicaciones le evitaron al gobierno de Foro las críticas y reparos de toda la oposición. El prólogo del debate político era el incidente abierto con la Universidad por la decisión unilateral del Ayuntamiento de Gijón de despedir a Álvaro Bueno como conservador del Botánico.

En su calidad de proponente de la iniciativa José Carlos Fernández Sarasola (Ciudadanos) fijó la integración del Botánico en Divertia como punto de origen del "desgobierno del equipamiento" y de la pérdida de su identidad como botánico y reivindicó "alguien que ponga orden y tome las riendas. El Botánico no es un parque más de la ciudad". Sarasola hizo suyos los comentarios negativos al Ayuntamiento de un manifiesto de apoyo al equipo científico avalado por más de cuarenta entidades botánicas de ámbito nacional e internacional. Un manifiesto al que Martínez Salvador restó valor al asegurar que "nos hemos puesto en contacto con algunos de los botánicos y unos no tenían ni idea de ese manifiesto y a otros se les había trasladado la idea de que se quería suprimir la actividad científica, algo que es falso". Aunque sin dar nombres, el concejal forista volvió a sentenciar que el problema del Botánico "es un problema laboral por el mal comportamiento e injerencias en elementos que no son de su competencia de una persona".

Un conflicto laboral

El forista aseguró que nunca hubo intención de abandonar la actividad científica en el Botánico ni atacar la autonomía de la Universidad de Oviedo, que mantendrá la opción de elegir al personal aunque comunicando su decisión al Ayuntamiento. En un primer borrador del convenio, según desveló el portavoz de Ciudadanos, el equipo científico incluía personal municipal, becarios, profesionales independientes designados por el Botánico y un equipo universitario aprobado por el Botánico. Se limitaba así el margen de autoridad de la Universidad.

De problema "de fondo y de formas" habló Lara Martínez en su calidad de proponente de la iniciativa en representación del PSOE. La concejala puso en duda "ese informe de parte" que sirvió al Ayuntamiento para avalar el despido de Bueno y que acabó generando la marcha de todo el equipo científico del Botánico.

"Los problemas de relación laboral no pueden llevarnos a un conflicto con una institución de primer orden como la Universidad de Oviedo", concretó Ana Castaño de IU mientras el popular Mariano Marín hablaba de "una polémica lamentable que puede hacer perder el prestigio conseguido en años". Por su parte, la concejala de Xixón Sí Puede, Nuria Rodríguez, aprovechó su intervención para reivindicar un mayor compromiso, sobre todo económico, del Principado de Asturias en esa instalación.