Juan M. Rovés es el creador de ese personaje archipopular, archigijonés, y cabría decir sobre todo que archiplayu: El Gaviotu.
Rovés es hombre modesto que a lo largo de veinte años ha mantenido (y sigue manteniendo) en el diario "Voluntad" una sección diaria de humor. Dibujo y chiste en el que el protagonista principal siempre es el mismo, El Gaviotu; y el protagonista secundario es otro no menos cotidiano: la actualidad.
Pues bien, ahora el dibujante ha querido lanzar a su personaje a una aventura alegre e interesante, la Feria de Muestras de Asturias. El Gaviotu se ha asomado a la Feria y la ha visto tan atractiva que ha decidido quedarse en ella. El Gaviotu está todos los días en su caseta de la Feria con un libro donde se reúnen los 400 mejores chistes de El Gaviotu que Rovés ha ido dejando día a día en las páginas de Voluntad.
Diario "La Nueva España", 8 de agosto de 1968
Es el playu por excelencia en una simbología difícil y esquemática que lleva en sí todo el espíritu del gijonismo cimadevillense. Toda una simbología sencilla y compleja al mismo tiempo, de características inconfundibles, en las que la sencillez de vida, la observación inapelable, la ironía más fina o el sarcasmo más acerado hacen par con la generosidad, el igualitarismo genético -valga la expresión- el "nadie es más que nadie" que preside los monólogos y deliberaciones de El Gaviotu, observador incansable del acontecer social, desde los acontecimientos más humildes hasta la aparición de los sucesos más empingorotados. Todo visto siempre a través de esa especie de neblina búdica que, cual aura espiritual, rodea el perfil ascético, pequeño y delgado del personaje. No ha habido, en toda la prensa asturiana de este siglo, un personaje más popular, que haya penetrado más en la vida de sus lectores, como ha sido el de El Gaviotu, observador incansable del acontecer social. Hasta el punto de que antes (en aquel Gijón de menos de 50.000 habitantes, y dinámico y más volcado en sí mismo que el actual) y ahora también, El Gaviotu ha llegado a la hipóstasis ideal, a la sustantivación de sí mismo como personaje del mundo real, del que muchos creen que está vigente en el Registro Civil como "el último de los playos". Algo así, tal es la fuerza de su impulso inicial.
Bastián Faro, prólogo de "Coses del Gaviotu de Rovés" (1998), de Gonzalo Martínez Junquera
