El tanatorio gijonés de Cabueñes fue ayer el escenario para la despedida de Roberto González Zapico, "Esteva", de 59 años, un gijonés que tal como lo definió uno de sus grandes amigos, "siempre sumaba, siempre aportaba". Y lo hacía desde su compromiso vital de raíces comunistas, que le llevó a significarse en múltiples batallas y a no perder nunca la esperanza en cambiar el mundo. Hijo de históricos socialistas de las Cuencas, desde la infancia desarrolló ese compromiso de izquierdas, que le acercó bien pronto a la militancia comunista y luego a la sindicalista en CCOO, hasta llegar a una etapa de desencanto. Los movimientos del 15-M, las marchas por la dignidad o la iniciativa "Las sillas del hambre" fueron algunas de las acciones en las que se involucró en los últimos años, llegando a participó en las primarias de Xixón Sí Puede, como candidato a liderar la nueva formación política en Gijón. Sus compañeros reivindicaron su figura el domingo, en la reunión de Podemos en el pabellón de Vistalegre. Profesionalmente "Esteva" estuvo vinculado a la hostelería, tanto detrás de barras como las del Café Gijón o el bar del IES Fernández Vallín, como en representaciones comerciales. Y en todo dejó su huella.