El rastro estadístico de la rula de Gijón en los últimos años es demoledor y clarificador con una especie muy ligada a la idiosincrasia de la ciudad: el oricio. El 2016 se cerró con una captura de 68,40 kilos, según la Dirección General de Pesca Marítima, que se ruló a un precio medio de 6,26 euros. A mitad de año fue cuando el Principado decretó la veda total y permanente. Un año antes, en 2015, las capturas que pasaron por Gijón fueron 158 kilos, ruladas a 4,60 euros de media. Nada que ver con lo que sucedía en 2014 y 2013, cuando las capturas fueron de más de 2.600 kilos en ambos casos, ruladas a más de 4 euros de media. Y menos aún si la memoria se va al 2012, cuando en Gijón se subastaron en primera venta 14.222 kilos. Hace diez años, en 2006, la captura fue de más de 600 kilos y el precio medio alcanzado en subasta apenas superaba los dos euros.
