Pablo Llorca (Madrid, 1963), director y guionista de cine, comenzó a grabar largometrajes en el año 1989, aunque confiesa que ya desde muy pequeño se interesó por el mundo del cine. "Empecé a hacer cortos a los trece años con una cámara de súper 8 que tenían mis padres e incluso llegaba a ver dos o tres películas al día porque me gustaba mucho el cine". Años después, se licenció en Historia del Arte "porque no había escuelas de cine y era algo que también me causaba interés".
-¿En qué estado está la industria del cine española?
-Cada película es un proyecto artesano. Responde a un país medio en Europa muy extrapolado, que creo que es interesante. Por un lado, unos pocos productos con unos presupuestos generosos y apoyados por las televisiones y por otro lado, muchos productos baratos de clase baja económica impulsados por gente que le gusta hacer el cine. El problema es que la clase media está desapareciendo poco a poco. Y es un problema porque es el vivero de los técnicos, donde la gente aprende" -¿Cómo ha evolucionado el cine en las últimas décadas?
-Ha evolucionado mucho. Antes había muchas películas intermedias desde el punto de vista del presupuesto y ahora no sucede eso. El alquiler de equipos cinematográficos hace años era caro y ahora con las tecnologías digitales no tiene nada que ver. Una cámara relativamente barata tiene una calidad muy alta y te falta menos gente para manejarlo. Ahora hacer cine es más fácil que antes gracias a los medios técnicos. En el terreno documental también hemos cambiado. Ahora se hacen muchos documentales y antes era una "marcianada". Los medios técnicos se han democratizado. Hace años un proyecto cinematográfico me podía llevar tres o cuatro años y actualmente puedo hacer una película al año.
-¿Qué producto tiene mejor acogida comercial?
-En España, como en Estados Unidos lo que mejor acogida tiene es lo más publicitado. Si tienes una serie de empresas con mucho poder económico, como las cadenas de televisión privadas y publicitas mucho el producto, éste va a tener un retorno comercial importante.
-¿Y mejor acogida crítica?
-Curiosamente no hay muchas diferencias. Es el caso de "El niño", "El hombre de las mil caras" o "La isla mínima" no solo tienen gran acogida comercial, sino también gran acogida crítica. "La isla mínima", que fue una película muy comercial, ganó muchos Goya y nadie "chistó". Luego hay una serie de películas pequeñas que en cambio sí que tienen el respaldo de otro tipo de crítica y de públicos más minoritarios y que ganan muchos premios en festivales extranjeros como el de Cannes, un claro ejemplo de esto es el film "La muerte de Luis XIV".
