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Llega a los jesuitas la reclamación de los bienes de la Iglesiona

Las 1.400 firmas que piden la devolución del Cristo de la Paz y el sagrario están en manos del provincial de la congregación

Francisco José Ruiz Pérez, provincial de los Jesuitas en España. LNE

Tras varios meses recogiendo casi un millar y medio de firmas, los feligreses de la Basílica del Sagrado Corazón de Jesús, más conocida como la Iglesiona, han hecho llegar de forma presencial al provincial de los Jesuitas en España, Francisco José Ruiz Pérez su petición de devolución del Cristo de la Paz y el sagrario del templo, con la intención de que este pueda encontrar una pronta solución al conflicto.

La comisión que llevó a cabo esta recogida simbólica de firmas entregó, hace ya más de un mes, las 1.400 rúbricas al rector de la basílica gijonesa, Víctor Cedrón, con la intención de que, siguiendo el protocolo establecido, fuera este el que las hiciera llegar a la congregación de Jesús.

Sin embargo, ante la falta de presteza del rector, que no mostró especial intención de apresurarse a cumplir con su cometido, como aseveran desde la comisión, fueron los propios miembros de esta quienes tomaron las riendas para hacerlas llegar presencialmente a Ruiz Pérez.

Desde la comisión se afea a Cedrón su falta de implicación, al no mostrar excesiva atención a la petición de casi un millar y medio de feligreses de su templo, algo que disgustó profundamente a los firmantes, que solicitan la vuelta a casa de los símbolos de la basílica.

Se trata del conocido como Cristo de la Paz o Cristo de Blay, sobrenombre tomado del escultor que realizó la pieza, donado por un feligrés a la iglesia gijonesa y un sagrario que reproduce el pórtico del templo, realizado con plata y joyas donadas, del mismo modo, por benefactores de la ciudad asturiana. De este modo, se entiende que ambas piezas son fruto de la donación de los feligreses asturianos para decoración de la basílica, "sin que de ningún modo supusiera un regalo para la Compañía de Jesús", aseveran los promotores de la recogida de firmas.

Esta reivindicación comenzó ya hace una veintena de años, cuando se produjo la transferencia de la basílica gijonesa de la congregación jesuítica a la Diócesis de Oviedo, momento en el cual miembros de los Jesuitas llevaron fuera de Asturias tanto el sagrario como la escultura, que reposaron varios años en un almacén de Valladolid. Tras ello, ambas piezas fueron trasladadas a la Iglesia de la Merced de Burgos, donde continúan a día de hoy, lejos del lugar donde los feligreses entienden que deberían de estar, en el templo para el que fueron donados, la Iglesiona.

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