La acusada de apropiación indebida de más de 328.000 euros de la empresa familiar se acogió ayer a su derecho a no declarar en la vista celebrada en la sección octava de la Audiencia Provincial de Asturias. La mujer, que responde a las iniciales M. C. M. F., ejerció de administradora única de una sociedad limitada dedicada al suministro de carburantes y lubricantes en Gijón y se enfrenta a tres años de prisión que solicita la Fiscalía por estos hechos ocurridos entre junio de 2007 y mayo de 2014.

Las sobrinas de la acusada, hijas de una hermana que encabezan la acusación particular, declararon contra su tía por las supuestas irregularidades que motivaron "el deterioro económico de la empresa". Ambas recibieron de su madre la donación de un porcentaje de participación en la sociedad en 2014, momento en que apreciaron estas irregularidades que se juzgan. "Había gastos que no tenían sentido como servicios de guardería, ropa, cremas y peluquerías", señaló una de ellas además de apuntar directamente a "una contabilidad doble" o "caja R" de la que salían pagos en beneficio de la madre e hijo de la acusada.

Uno de los testigos aportados por la defensa fue la psiquiatra de la acusada, que diagnosticó un deterioro cognitivo. Esto conlleva "una capacidad mental gravemente afectada e inconsciente". "No sabe muy bien lo que ha sucedido durante la vista", añadió la doctora sobre la que es su paciente desde 2015. Cierto es que durante la sesión no sólo habló en media voz con su acompañante e intentó replicar a varios testigos sino que también se levantó en un momento dado para hablar con su abogado por lo que fue reprendida por el juez. No obstante, sobre este "deterioro cognitivo" no hubo constancia alguna sobre que ya lo padeciese en el momento de ocurrir los hechos que se le imputan.

Una vez escuchados los testigos y tras casi tres horas de sesión, el juicio, que quedó pendiente de las conclusiones finales, se reanudará el próximo 16 de marzo.