Esa empresa había sido en los últimos catorce años quien había controlado los semáforos en Gijón. Ahora Sainco estaba al borde de "la luz roja, de perder la concesión, y tenía la competencia de otra empresa del sector, Sice. Contra Since estaba un largo proceso de acusaciones políticas de todo tipo y, nos cuenta LA NUEVA ESPAÑA, "la poco simpatía que suscita en determinados ambientes socialistas". Otra noticia del día eran que la sociedad cultural El Garrapiellu alertaba sobre un castro abandonado en Serín.