"Hemos vuelto a los orígenes". Así explicó en la noche de ayer Begoña Piñero, presidenta de la Tertulia Feminista "Les Comadres", la novedad más llamativa de este año en su entrega de premios: el cambio de un llagar por una sala de fiestas, la Sala Acapulco. "Hace décadas que no lo celebrábamos aquí", analizó Piñero, "pero así lo hacíamos los primeros años, íbamos a cenar un grupo de amigas y luego veníamos aquí a festejar y entregar los premios".

Los galardones de este año, los grandes protagonistas, se repartieron una vez finalizada la cena. La "Comadre de Oro" recayó en la profesora de Derecho Constitucional de la Universidad de Alicante Mar Esquembre, que no pudo asistir a la entrega pero que se comprometió a hacerlo el año próximo, para dar el relevo a su sucesora, como manda la tradición, además de enviar un vídeo de agradecimiento. "Es un premio merecidísimo", aseveró Piñero, "es una feminista convencida y que convence".

El otro gran premio recayó en la escritora Carmen Gómez Ojea, colaboradora de LA NUEVA ESPAÑA, que se alzó con el "Comadre de Oro Especial". "Estoy muy sorprendida, pero sobre todo muy contenta" aseguró la galardonada, que minutos antes de que diese comienzo el acto firmó varios ejemplares de sus libros a las asistentes. Gómez Ojea no quiso dejar pasar la ocasión sin hacer un sentido recordatorio de Sara Suárez Solís, ya fallecida y ganadora en su día del mismo premio que obtuvo Gómez Ojea.

Otro de los momentos más emotivos de la grada sobrevino cuando la escritora quiso acordarse de "todas las mujeres que en este mismo momento están sufriendo y siendo maltratadas salvajemente", recuerdo al que se quiso sumar Piñero, añadiendo que "nos están asesinando impunemente, y todo por motivo de la desigualdad existente".

La presidenta quiso poner en valor "una fiesta de mujeres de toda la vida, enmarcada en el inicio del Carnaval y que nosotras retomamos y hacemos reivindicativa con estos premios". Un reconocimiento que traspasa las fronteras del Principado, como arguyó Piñero, "el Tren de la Libertad nos puso en el mapa del feminismo nacional e internacional". Sin embargo, esa no es más que la punta del iceberg de "un trabajo diario y constante, uniéndonos a todas las causas en pos de la igualdad en derechos y deberes entre los hombres y las mujeres".

Precisamente aquellos que con sus obras o sus comentarios hacen crecer esa brecha se llevaron los votos de castigo de la ceremonia, el "Felpeyu" y el "Babayu". El primero de ellos recayó sobre David Pérez, alcalde de Alcorcón, por su "experto conocimiento" del mundo feminista que deja patente en sus declaraciones: 'las feministas son mujeres frustradas, amargadas, rabiosas y fracasadas como personas'". El "Babayu" fue a parar a las manos del académico de la lengua Félix de Azúa, por su comentario sobre la Alcaldesa de Barcelona, Ada Colau en el que manifestó que "debería estar sirviendo en un puesto de pescado".

Estos desafortunados comentarios no impidieron que las más de cien mujeres que acudieron a la Sala Acapulco disfrutaran de una noche de comadres de oro.