Una discusión entre dos vecinos del barrio gijonés de Contrueces, motivada por culpa del manejo que uno de ellos hacía de cuatro de sus perros, acabó con el apuñalamiento de un bombero local, J. L. G. B. de 51 años, y bien pudo terminar en tragedia.

Los hechos ocurrieron en la noche del viernes al sábado, pasadas las 1.30 horas de la madrugada, en la calle Río Cares. Un hombre de 51 años, vecino de Contrueces y bombero de profesión, según información de la Policía Local, regresaba a su domicilio dando un paseo después de cenar acompañado por su mujer cuando, de pronto, se topó con su presunto agresor, un hombre de 63 años, con antecedentes por tráfico de drogas y agresión a la autoridad, habitual del barrio de Contrueces y vecino de la misma calle Río Cares, que responde a las iniciales R. F. S. A.

El ahora detenido se encontraba paseando a cuatro de sus perros sin correa, "un labrador, un yorkshire, un pastor alemán y otro más pequeño", según los testigos, que frecuentemente "ocasionan molestias al resto de vecinos". "Ata a esos perros bien no nos vayan a morder", le indicó el bombero. Una indicación que no sentó nada bien a R. F. S. A que le respondió de forma agresiva y obscena mientras buscaba el objeto punzante con el que le apuñaló. Hecho suficiente para iniciar una discusión dialéctica que se fue acalorando por momentos y que acabó con el apuñalamiento del bombero, en presencia de su esposa y sus cuñados, según fuentes policiales. En concreto, el presunto autor le asestó dos navajazos a la altura del hombro izquierdo que motivaron un fuerte sangrado, por lo que se solicitó la presencia de una UVI Móvil en el lugar, que por precaución trasladó al herido hasta el hospital de Cabueñes donde fue convenientemente explorado. Después de atenderle en el centro sanitario, le dieron el alta al no revestir de gravedad su estado y ya se recupera en casa de las heridas provocadas.

Los agentes de la Policía Local que se personaron en el lugar de los hechos se encontraron a su llegada con la víctima tendida en el suelo, rodeada de sangre, mientras su esposa le auxiliaba por lo sucedido. Ella fue quien indicó a los agentes que el presunto agresor había huido de la escena hasta refugiarse en el portal donde residía, próximo al escenario del suceso. Todo apunta a que el bombero local, aún estando herido, persiguió a R. F. S. A. hasta la entrada del portal y, tras un forcejeo, rompieron el cristal del mismo. Allí mismo, gracias a las indicaciones de la esposa, los agentes de la Policía Local pudieron apresar al agresor, que fue conducido hasta Comisaría, donde quedó detenido.