Un cortocircuito en la planta baja del Centro Comercial San Agustín, junto al supermercado que en ese momento del mediodía estaba ocupado por unas 60 personas -en el edificio también está ubicado un centro social de mayores muy concurrido-, provocó ayer menos tensión de la que a priori podría imaginarse. Para cuando llegaron los bomberos la evacuación del edificio ya la habían liderado las trabajadoras del hipermercado, que en cuanto se percataron del humo que se generaba por diversas explosiones en uno de los centros de transformación del centro sólo tuvieron que aplicar las enseñanzas adquiridas en los simulacros periódicos que lleva a cabo su empresa. Y así los clientes y trabajadores abandonaran el lugar, tranquilos, en apenas cinco minutos, usando incluso las escaleras mecánicas, antes de la llegada de los bomberos y la policía.

El percance, que se saldó sin heridos, se originó cerca de las dos del mediodía. Una gran humareda tóxica por un cortocircuito se propagó por todo el edificio dejando un fuerte olor a plástico quemado. "Se montó mucho humo porque al ser un bajo sótano siempre presenta muchas dificultades, cuando llegamos la visibilidad era nula", aseguró Alain Ortiz, mando de bomberos, que no dudó en ensalzar el papel desempeñado por las trabajadoras del supermercado.

Los comerciantes del centro que detectaron el humo también escucharon varias explosiones que les hicieron "temer lo peor". No obstante, en palabras de Ortiz es habitual que "cuando se produce una sobrecarga en un centro de transformación haya una explosión". Tras peinar todo el edificio se comprobó que no había nadie dentro, a excepción de un grupo de 23 ancianos y 11 trabajadores que permanecía aislado y sin riesgo en un centro de día de personas dependientes, vinculado al Centro Social de Mayores de la zona centro de Gijón. Dadas las dificultades para trasladarles, al usar muchos silla de ruedas y tener escasa movilidad, los bomberos valoraron que era prioritario minimizar los efectos del humo -para lo cual rompieron un lucernario- y luego organizar el desalojo. "En estas situaciones es más peligroso el humo que las llamas", confirmaba Ortiz.

Pasadas las tres de la tarde la Policía Local permitía retirar sus coches a los usuarios del parking del San Agustín y en torno a las tres y media fueron saliendo, con ayuda, todos los huéspedes del centro de día de mayores. Los responsables del centro comercial confiaban ayer en reabrir el miércoles con normalidad.