El cuponero que a mediodía de ayer fue agredido mientras ofrecía un boleto a un cliente de una pizzería del centro de la ciudad, evoluciona favorablemente aunque "sigue confuso por lo sucedido", según personal de la ONCE. "Está bastante mejor, pero ha pasado mala noche, por lo molesto de la lesión", explicaron fuentes del organismo.

El vendedor herido, que fue trasladado a un centro hospitalario, se encontraba a última hora de la tarde de ayer "conmocionado y sin entender nada" de lo que había pasado, situación que poco a poco va asimilando. El personal de la ONCE que lo acompañó en tan duro trance no salía de su asombro ante lo sucedido. "Es la primera vez que nos ocurre algo así en Gijón; el público en la ciudad es maravilloso, pero locos hay en todas partes", sentenciaron fuentes del organismo.

El vendedor lleva muchos años haciendo la venta y cubre habitualmente el recorrido por la zona de Cimadevilla, la plaza Mayor y las calles más céntricas sin que nunca hubiera tenido problemas. "Nunca había pasado algo parecido", sentencian desde la ONCE, antes de solidarizarse con su trabajador. "Desde la familia de la ONCE de Gijón manifestamos nuestra incredulidad y falta comprensión a este tipo de actitudes y nuestro total apoyo al compañero, ejercemos un trabajo muy digno a la par que complicado; por tanto, se merece un respeto absoluto nuestra labor, como siempre ha ocurrido con la gente de Gijón. Esto nos deja a todos muy entristecidos, y totalmente fuera de juego. Sólo queremos dar nuestro total apoyo a nuestro compañero", indicaban ayer.

Los hechos tuvieron lugar al mediodía, momento en el que el vendedor, que responde a las iniciales E. N. S. y tiene 63 años, accedió al interior de uno de las pizzerías de la zona. Como hace de manera habitual, se dirigió a los comensales para ofrecerles un cupón, pero uno de ellos no recibió el ofrecimiento con agrado. Su reacción fue desmedida: sin mediar palabra, según los testigos, le estampó un puñetazo en la cara que lo derribó, ocasionándole magulladuras por la caída y una herida grave en la nariz por la que requirió atención hospitalaria.

Y según los mismos testimonios, el agresor siguió sentado comiendo tranquilamente, mientras el vendedor de cupón era atendido por el personal del bar. Fueron los camareros los que llamaron a la Policía Local ante la gravedad de los hechos, y dado que el hombre sangraba abundantemente por la cara. Una vez personados en el local se hicieron cargo de atender al herido e interrogar al agresor, que según relataron los testigos empezó a "montar lío" en el local.

Tras pasar buena parte de la tarde en el hospital, el vendedor y personal de la ONCE se desplazaron a la comisaría de la Policía Nacional para presentar una denuncia. Agentes del cuerpo trabajan ya para intentar identificar al agresor.