"Odio a los drogadictos, la droga y a los que la venden". Así de tajante se mostró ayer la acusada, junto a su pareja sentimental, de blanquear más de 570.000 euros procedentes del tráfico de drogas. Una contundencia en su versión que no logró convencer a la Fiscalía que mantuvo su petición inicial de tres años de cárcel para cada uno de los acusados -y multa de 180.000 euros- mientras que la defensa peleó la libre absolución de sus clientes.

La pareja compuesta por María del Carmen G. J. y Victoriano B. M., padres de familia numerosa, ya fue condenada por un delito similar en 2009 -junto a cuatro de sus hijas-, ella a seis meses de prisión y él a dos años de cárcel. Tras esa sentencia, les fue comisada una finca tasada en 96.000 euros que en 2014 salió a subasta pública. La puja se disparó hasta los 570.890 euros que abonó el acusado. Nuevamente, la Fiscalía achacó esa solvencia económica al "tráfico de drogas".

"Vendíamos colchones por todos los países de España (sic), día tras día sin vacaciones", explicó la acusada, visiblemente perjudicada de salud. Ese trabajo les valió, según su testimonio, para poseer siete y cuatro propiedades inmobiliarias respectivamente. Gracias a los ingresos recibidos por el alquiler de esos inmuebles pudieron "solicitar un préstamo con el que pujar en la subasta", explicó el acusado que en un momento de la sesión gritó "Estoy hasta el corazón del tema de la droga, ¿dónde está la droga?, ¿dónde?, nadie me ha visto jamás ni con medio gramo de droga".