Cuando el dolor aprieta y la paciencia se agota, la lista de espera se convierte en una pesadilla. Principalmente de los pacientes, aunque también de los médicos a los que les puede la impotencia de priorizar "entre la cirugía o las consultas, para todo no damos". Es el caso en el que está estos días el Servicio de Traumatología de Cabueñes, que acusa la baja por enfermedad de un profesional y la jubilación de otro compañero, unidas ambas en el mismo mes de febrero. Con ese panorama, muchos pacientes con cita para consultas están viendo retrasadas sus ya de por sí ansiadas visitas. Una gijonesa relataba esta semana el enfado en el que vive porque tras esperar desde septiembre por una primera consulta con el traumatólogo, por un problema de rodilla que la mantiene con muchos dolores -pese a no estar de baja laboral- ya ha sufrido por dos veces el retraso de la cita con el especialista. Para avanzar en el diagnóstico y en la solución a su caso, "yo misma me pagué una prueba diagnóstica", que aún tendrá que esperar para poder enseñarle al médico porque de su cita, "ni tengo fecha".