Abdou Ndiaye, el presunto autor de la muerte de la hostelera gijonesa Sonia Meléndez Mitre en julio de 2015, se enfrentará a una pena de 15 años de prisión por un delito de homicidio con agravantes de parentesco y de discriminación por razón de género. Una petición inicial presentada por la Fiscalía de Área de Gijón -y remitida a las partes el pasado miércoles- que no satisface la pretensión de la familia de la víctima, que esperaba que se encausase a Ndiaye, conocido popularmente como "Makelele", por un delito de asesinato.

Las calificaciones previas con las que Fiscalía requiere la apertura de juicio oral contra "Makelele", de 35 años y nacido en Senegal -en situación regular en España-, incluye, además de las costas del proceso, la petición de una indemnización de 120.000 euros a la hija de la víctima, otra más de 60.000 euros para la madre y un tercer pago de 30.000 euros que tendría como destinatario al hermano. Sonia Mitre, propietaria hasta su muerte de dos locales de hostelería de la Ruta de los Vinos -el Sinatra y el Ñamglú-, falleció de forma violenta el 16 de julio de 2015 en el domicilio en que vivía situado en el número 9 de la calle Manuel Hevia Carriles, en el barrio de El Lauredal.

Para la Fiscalía, no hay duda que el franco-senegalense "Makelele", con quien Sonia Mitre mantuvo una problemática relación sentimental, había acudido al domicilio de ella entre las tres y las cuatro y media horas de la tarde del día de autos con "la deliberada finalidad" de acabar con la vida de la hostelera. "Llevado por el resentimiento hacia ella", que le dejó y despidió de su puesto de camarero, "la golpeó repetidamente en la cabeza y sobre la extremidades superiores, agarrándola violentamente por el cuello con las manos, provocando finalmente la asfixia mecánica por estrangulación, así como la sofocación por comprensión torácica con fracturas costales", prosigue la calificación del Ministerio Fiscal.

Se da la circunstancia de que el senegalés Abdou Ndiaye, en prisión preventiva desde hace más de un año -octubre de 2015-, fue el primero en alertar de la desaparición de Sonia Mitre aquella tarde del mes de julio. "Makelele" llamó por teléfono a los familiares de la empresaria extrañado de que Mitre, su expareja, no acudiera a la cita que había concertado con ella "para tomar un café", según explicó entonces. Junto a unos familiares directos acudió hasta el piso de El Lauredal. Al llegar al lugar y entrar en el piso se encontraron con el cuerpo de la víctima tendido en el suelo y muestras visibles de violencia (tenía el cuerpo magullado y siete costillas rotas). Sin reponerse de la impresión dieron aviso a la Policía Nacional que inició la investigación esa misma noche en la que apreciaron que en la casa faltaba dinero, objetos de valor y su teléfono móvil.

Las averiguaciones de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta del Cuerpo Nacional de Policía estrecharon el cerco de posibles autores del crimen a su entorno más próximo puesto que la puerta de la vivienda de Mitre no había sido forzada y todo indicaba que ella había dejado entrar a su asesino. Las pruebas de ADN y el uso de su teléfono móvil en el momento del suceso apuntaban directamente a su expareja y los agentes pronto señalaron a "Makelele" como autor de los hechos que conmocionaron a la ciudad en julio de 2015.

No obstante, tras una primera detención fue la Fiscalía quien solicitó la puesta en libertad con cargos de Ndiaye. Días después, los agentes volvieron a detenerle y esta vez, ante un riesgo de fuga más evidente porque le encontraron con una maleta -su defensa justificó como que se iba a mudar de domicilio- la juez de instrucción, Carolina Montero, decretó su ingreso en la cárcel de Villabona donde se encuentra desde entonces a la espera de juicio. Un juicio que tras la petición de Fiscalía está más cerca aunque sin fecha asignada.

Víctima y presunto asesino se conocían desde hacía tiempo. Una relación pública y notoria que comenzó cuando "Makelele" entró a trabajar como camarero en uno de los establecimientos de Sonia Mitre. De ahí nació una amistad y poco después, entre finales de 2013 y principios de 2014, se transformó en una relación sentimental. Un vínculo de pareja que se trastocó por diferentes desavenencias entre ambos. El criterio de la Fiscalía establece que "el carácter autoritario del acusado, que pretendía imponer su criterio adoptando de forma progresiva actitudes de control y de dominación, tanto el desempeño de la actividad laboral como en la relación" fue el motivo de la ruptura de la pareja a instancias de Sonia Mitre.

"Los conflictos personales, laborales y económicos" terminaron con el despido de "Makelele" el 14 de julio de 2015 después "de una acalorada discusión y disputa en público" cuando Mitre estaba trabajando en el "Sinatra" y "se vio obligada" a echarle del establecimiento. Varios fueron los clientes que escucharon a "Makelele" gritar "¡A esta hija de puta la voy a matar, la voy a hacer desaparecer!" cuando abandonó el establecimiento.

Abdou Ndiaye llevaba diez años en España y pronto comenzó a dedicarse a la hostelería. Dos meses antes del crimen, el grupo de hostelería Costa Verde le había premiado como "Camarero del año". Ahora se enfrenta a una pena de 15 años de prisión por parte de la Fiscalía. Una petición inferior a la que presentará la acusación particular que pedirá la calificación de asesinato y no menos de 20 años de cárcel, una cuestión que se dirimirá en durante el juicio.

Juicio oral

Sí es seguro, como determinó en el mes de octubre el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Gijón que llevó a cabo la instrucción de los hechos, que la decisión del destino de "Makelele" le corresponderá a un jurado popular. Una fórmula judicial en la que nueve ciudadanos y ciudadanas elegidos al azar en el censo serán los encargados de determinar si Abdou Ndiaye fue el responsable de la muerte violenta de su expareja Sonia Mitre.